En marzo de 1994, Kevin Williamson no era más que un aspirante a guionista de Hollywood que, hasta el momento, no había tenido más que algunos pequeños papeles como extra o actor secundario. Todavía quedaba lejos el éxito y la fama que le darían las sagas de asesinos en serie como 'Scream' o las series de televisión sobre la vida adolescente. Por el momento se trataba de un estudiante que, para reunir el dinero con el que pagar un curso en la Universidad de Los Angeles, tenía que pasar las horas como 'niñera'.

Williamson ponía la televisión para entretenerse mientras permanecía, aburrido, en casas ajenas. Y, pulsando entre canal y canal, aparece el programa de televisión 'Turning Point' de la cadena de televisión ABC (curiosamente, propiedad de Disney, al igual que Miramax, productora que terminaría realizando 'Scream'). En esas semanas estaba teniendo lugar uno de los juicios más mediáticos de la década: el de Danny Rolling, acusado de 5 asesinatos en Florida, y otros 3 en Louisiana.

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Rolling terminaría siendo culpable de haber allanado hasta tres domicilios para asesinar a cuchilladas y mutilar los cuerpos de 5 estudiantes universitarios. Pero lo que más llamó la atención del aspirante a guionista fue el hecho de que había conseguido colarse en las casas con apenas un destornillador y con un cuchillo Ka-Bar. De repente le entró un escalofrió, no se escuchaba nada, hasta que el ruido de un tablón suelto puso a Williamson los pelos de punta. En ese momento llamó a un amigo para distraerse y comenzaron a hablar de sus películas de miedo favoritas.

Los crímenes de Danny Rolling

Daniel Harold Rolling nació en una casa en la que su padre le pegaba palizas a él y a su hermano Kevin por la forma en la que respiraban. James Rolling, oficial de policía de Shreveport (Lousiana) llegó a obligar a su mujer, Claudia, a que se cortase a sí misma con una cuchilla como castigo. Hasta el perro de la familia pagó la ira del patriarca familiar y murió de los golpes en los brazos de Danny. La violencia escaló hasta que el propio joven dejó a su padre sin un ojo y sin una oreja al intentar asesinarle.

Un intento fallido que Rolling conseguiría revertir el 24 de agosto de 1990, cuando se coló en la casa donde vivían Sonja Larson y Christina Powell, ambas estudiantes de universidad y ambas de 17 años. Danny aprovechó la incertidumbre provocada por una ola de robos en Gainesville para entrar en la casa, donde se encontró a Christina durmiendo en el sofá del salón. No le atacó, sino que la dejó descansando mientras subía a por su compañera de piso. Le tapó la boca para asfixiarla mientras le apuñalaba. Cuando hubo terminado, bajó hasta el salón para violar a su compañera, apuñalarla también y dejarle en una posición sexual en el suelo para cuando la encontrasen.

En el segundo de los crímenes, sólo un día después, usó un destornillador y un cuchillo para colarse en la casa de Christina Hoyt, de 18 años. Como no estaba en casa esperó que llegase, la estranguló con la llave del 'mata león' y la llevó a la habitación, donde la violó y le apuñaló por la espalda. Al marcharse se percató de que se había dejado la cartera en la casa, regresó y aprovechó para decapitar a Hoyt y colocar la cabeza en una balda.

Los últimos asesinatos se perpetraron en la casa donde vivían Manny Taboada y Tracy Paul, ambos de 23 años y también estudiantes universitarios. Rolling entró en la casa de la misma forma: usó un destornillador para irrumpir por la ventana. Aprovechó que Taboada estaba todavía dormido para asesinarle, no sin un forcejeo que despertó a la joven. Paula pilló a Rolling in fraganti cuando acababa de terminar con la vida de su amigo y corrió a toda prisa para atrincherarse en su cuarto. De poco sirvió: Rolling echó la puerta abajo, le arrancó la ropa, la violó y le asesinó asestándole tres puñaladas en la espalda.

La llamada de una desconocida de Lousiana

Cinco asesinatos que ocurrieron en un período de tres días y que provocaron un aluvión de llamadas de estudiantes señalándose unos a otros. Tal fue el revuelo que la policía tomó como principal sospechoso a un estudiante de la Universidad de Florida con antecedentes de trastornos psiquiátricos y con varias cicatrices en la cara, aunque en realidad eran fruto de un accidente de coche. Pero una llamada de Shreveport, Louisiana, de donde era originario Rolling lo cambió todo.

La policía de la pequeña localidad encontraba muy similares los crímenes de Gainesville con los de Shreveport: una familia al completo, abuela, hija y nieto, había sido asesinada en su propia casa tras un allanamiento, cuando estaban preparando la cena.

Una información que hizo saltar de la silla a Cindy Juracich. La mujer había llamado a Crime Stoppers, una organización global dedicada a recibir informaciones ciudadanas relacionadas con crímenes, y ese otoño de 1990 lo hizo para avisar de que conocía a un hombre que podía haberlo hecho. Lo había conocido en verano, en una iglesia local, y había realizado comentarios y comportamientos extraños, tales como mencionarle que su marido “tenía que morir” o que le gustaba “meter cuchillos en la gente”. El nombre del sospechoso era Danny Rolling: “A él le tenéis que investigar”, aseguró a Crime Stoppers.

Tras un año de investigación Rolling fue detenido en 1991 y acusado de varios cargos de asesinato. El juicio tendría lugar tres años después y, sorprendentemente, se declaró culpable alegando que quería ser “una super estrella” como Ted Bundy. Fue sentenciado a muerte y se le suministró la inyección letal en 2006 tras haber pedido langosta para cenar.

La creación de 'Scream'

Un mes antes de la sentencia Williamson llamó un amigo porque la historia de Rolling le complicaba dormir por las noches. Ambos aprovecharon para repasar sus películas de terror favoritas. Un 'totum revolutum' que terminó en una idea millonaria: una joven sola en casa, un asesino suelto, coge el teléfono y, en una suerte de evolución de 'Llama un extraño' en el que el asesino se cuela en la casa y apuñala a la joven después de hablar de sus películas de horror favoritas.

El guionista se encerró durante un fin de semana entero tras haber escrito un borrador de 18 páginas, y del que salió con un libreto: “Scary Movie”, en la que la matanza en un campus universitario se trasladaba al instituto de Woodsboro, dejando la universidad para la segunda parte. Tres días después de completar el guion ya había recibido ofertas de varias productoras y Williamson pasó de trabajar de cuidador en casas ajenas a ser uno de los escritores más solicitados de Hollywood.