Un solo Señor, una sola Fe
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este domingo, de cinco a seis de la tarde en horario de Roma, la Iglesia entera ha celebrado simultáneamente una hora de adoración eucarística, bajo el lema “Un solo Señor, una sola fe”, coincidiendo con la celebración en muchos países de la solemnidad del Corpus Christi.La iniciativa ha tenido lugar en el contexto del Año de la Fe y se han adherido a ella masivamente diócesis de todo el mundo. Se ha rezado en lugares como catedrales, parroquias, comunidades de congregaciones religiosas y monasterios de clausura. Un hermosa iniciativa de comunión, que ha mostrado de manera bien visible a una Iglesia que late al son de un mismo Espíritu, en profunda sintonía y continuidad con lo que tantas veces promovió Benedicto XVI, cuando nos hablaba de la necesidad de ser misioneros y de buscar siempre nuevas formas de estar presentes en el mundo. ¡Cómo no recordar, por ejemplo, el elocuente silencio de la adoración eucarística de la última Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid!El Papa Francisco también nos está invitando continuamente a salir de nosotros mismos para tocar la carne de Cristo en los más necesitados. Y, como bien hemos visto este domingo, para buscar esas nuevas formas de estar presentes no basta con vaciarse humanamente en el diseño de estrategias y planes de evangelización. Es más, de nada servirían todas iniciativas si no tuvieran bien puesto el fundamento en lo esencial. Adorar conjuntamente a Cristo Eucaristía en una iniciativa como la celebrada ayer, nos sirve, entre otras cosas, para recordar que la Iglesia no es una invención humana, que es imprescindible conocer bien cuál es la fuente que mana y corre si queremos dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento con el alimento que sacia verdaderamente.