Este domingo Merkel y Rajoy han celebrado una breve reunión en Chile. Lo han hecho después de haber polemizado en los medios de comunicación sobre la conveniencia de aplicar políticas expansivas para salir antes y mejor de la crisis. Rajoy reclamó a la canciller esfuerzos por parte de Alemania y Merkel aseguró que su país ya lo estaba haciendo.    En Davos, la gerente del Fondo Monetaria Internacional, Cristine Lagarde, ha advertido de que la ansiada recuperación que llegará a partir del verano va a ser débil y que hay que adoptar una política económica adecuada. Es necesario continuar con la austeridad fiscal pero también avanzar en la Unión Bancaria y tener una política monetaria expansiva. Esto último significa que el Banco Central Europeo tenga tipos de interés bajos y mantenga bastante dinero en circulación. A Alemania en general y a Merkel en particular es una fórmula que no le gusta. Pero el aviso se ha dado ya muchas veces: no se puede remediar la crisis sólo a base de ajustes.    La canciller ha pedido a España medidas a corto plazo para hacer frente al desempleo juvenil. No se puede reclamar al Gobierno que recorte y gaste más al mismo tiempo. Pero hay cosas que se pueden hacer sin aumentar el déficit. Una de ellas es mejorar las políticas activas de empleo, el dinero que se emplea a formar parados. Los jóvenes no encuentran trabajo, en buena medida, porque están mal formados.