En este momento nuestro cuerpo está siendo atravesado por millones de partículas tan pequeñas que “no interactúan con ningún tipo de materia”, explica en La Mañana el experto en ciencia Jorge Alcalde.
Los científicos estaban como locos intentando detectarlos. “La mayoría de estos neutrinos que llegan a la tierra están formados en el sol o en la propia atmósfera por la descomposición de unas moléculas. Pero hay unos neutrinos que llegan desde los confines del universo que pueden haberse creado en el mismo origen del universo, en el Big Bang. Hay que tener en cuenta la dificultad que existe para detectar una partícula que no interactúa con nada y que apenas deja huella”.
¿Cómo lo han hecho? Gracias a 5000 sensores del tamaño de balones de baloncesto que son capaces de ver el menor destello que se produce a 1500 metros de profundidad en el hielo. Y han visto 28 destellos que tienen que ser 28 neutrinos que chocaron con alguna partícula de hielo y que emitieron una luz fugaz. Llevaban años esperándolo y por primera vez se han descubierto neutrinos procedentes del origen del cosmos que llevan información de la energía que había cuando nació el universo”.
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