Un estudio de investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) aporta evidencias que suponen un giro en la teoría considerada más plausible sobre la evolución genética y de movimiento de los tunicados, especies marinas de aspecto gelatinoso y rodeados de una membrana.

La revista científica "Nature" dedicará la portada de su última edición a este artículo, impulsado en exclusiva por el Grupo de Investigación Consolidado Evolución y Desarrollo (Evo-Devo) de la Universidad de Barcelona (UB) sobre la evolución genética y de movimiento de los tunicados, que pertenecen al grupo hermano de los vertebrados.

En la presentación del estudio, han participado el jefe del Grupo de Investigación Evo-Devo y vicerrector de Investigación de la UB, Jordi García, el autor de referencia de la investigación, Cristian Cañestro, el primer autor del estudio, Alfonso Ferrández, y el coautor del trabajo, Ricard Albalat.

El trabajo científico muestra un nuevo escenario de la evolución del filo de los cordados, es decir, el rango de clasificación biológica que agrupa tanto a los tunicados como a los vertebrados, entre los que se incluyen mamíferos, aves, peces, anfibios o reptiles.

El estudio revela que la pérdida de genes del corazón permitió a los tunicados transitar de un estilo de vida sedentario, es decir, crecer adheridos al suelo, a desarrollar movimientos.

Durante muchos años, en el campo de la biología evolutiva no se había prestado demasiada atención a las pérdidas de genes porque la mayoría de los estudios se centraban en cómo las duplicaciones de genes podían ocasionar nuevas funciones biológicas en las especies.

Cañestro ha remarcado que la pérdida de genes en la historia de la evolución no es "excepcional" porque es un fenómeno evolutivo mucho más frecuente de lo que los investigadores creen.

"A priori, se pensaba que un gen simplemente se perdía cuando ya no lo utilizaban los diferentes organismos (proceso que se conoce como evolución regresiva), sin embargo, hemos identificado que se producen más pérdidas de genes de carácter adaptativo, es decir, perder ciertos genes puede comportar ventajas evolutivas o innovaciones biológicas, como el movimiento", ha añadido Cañestro.

El grupo investigador ha utilizado la especie "Oikopleura dioca", un organismo marino que forma parte del plancton de los mares tropicales y templados, para estudiar el impacto de la pérdida de genes como fuerza evolutiva.

Los resultados señalan que la pérdida de genes estaría ligada a tres innovaciones de los tunicados con movimiento: un desarrollo más rápido del corazón, una estructura laminar del corazón que permite mejorar la circulación de la hemolinfa (el equivalente a la sangre de algunas especies) y la desaparición de musculatura faríngea.

Antes del estudio, la comunidad científica pensaba que el ancestro común, tanto de tunicados fijados en el suelo marino (ascidios) como los que podían moverse (apendicularios), tenía movimiento.

En este sentido, los resultados de la investigación contradicen este escenario evolutivo previo porque, según han asegurado los autores, la pérdida de genes es lo que llevó a los tunicados a pasar de una vida fija a una en movimiento en algunos casos, lo que les ha llevado a pensar que el ancestro común era un organismo sedentario.

Cañestro ha explicado que "el estudio permite a la comunidad científica formular nuevas preguntas, como por ejemplo, de qué modo evolucionó la vida sedentaria en los tunicados ancestrales".

García, por su parte, ha afirmado que estudios como el que ha llevado a cabo el Grupo de Investigación de la UB son "necesarios" para conocer la historia evolutiva de estos organismos y del ser humano.

El vicerrector de Investigación de la UB ha remarcado que no es habitual que un equipo de una única universidad pública firme de forma exclusiva un artículo científico en una revista científica de prestigio.

"Los resultados del nuevo trabajo, destacados en la portada, ponen en valor la investigación realizada en las universidades públicas y pone en manifiesto la urgente necesidad de darles más apoyo y aumentar su financiación para poder avanzar en el mundo de la investigación y del conocimiento", ha concluido García.