“Hay que entenderles y hacer que confíen en nosotros”, dice David Vera, Oficial Coordinador de los agentes tutores de la Policía Local de Alcobendas. Desde 2005, coordina y se implica en esta unidad especial de la policía. No es una especialidad como tal, pero a la vez sí lo es. Los agentes atienden las necesidades de la población, ellos solo observan, escuchan y se adaptan.

Los agentes tutores se encargan de proteger, prevenir y cuidar del menor. Su trabajo diario incluye a juzgados y colegios. Desde intervenciones en fiestas y verbenas, hasta charlas en colegios sobre droga, abusos sexuales o género. Están para servir y ayudar.

Ahora han incorporado una nueva línea de actuación: los menores con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Notaron un aumento notable de casos entre la población y decidieron formarse. “Antes había dos aulas TEA en todo Alcobendas y en tres años se ha formado una en cada colegio público”, confirma el oficial Vera. En este municipio del norte de Madrid hay 14 centros públicos. Las causas de este aumento no están muy claras. Puede deberse al aumento de la detección temprana, a que ahora somos más sensibles y estamos más atentos a todas las anomalías o, también, a que cada vez la maternidad llega a edades más tardías. Las razones siguen en el aire.

Los agentes tutores de Alcobendas empezaron entonces una formación para informarse, saber qué hacer y cómo actuar. Llamaba mucha gente alertando casos de menores que estaban solos en la calle, gritando, desorientados. “No sabían que hacer y a veces nosotros tampoco. La respuesta pasaba por la contención y por esperar a que llegara un médico”, dice Vera. Los escenarios más comunes eran los centros comerciales, “hemos aprendido que el entorno, el contexto, les influye mucho. Necesitan estar tranquilos en todo momento”.

De momento siguen formándose y actuando con pequeños gestos. Han incorporado pictogramas en todos los semáforos del municipio que están cerca de un centro educativo. “Identifican mucho mejor las palabras y los dibujos. Les ponemos 'para', 'coche parado', 'mira', y así es mucho mejor”. Han pedido llaveros con palabras para poder dirigirse a ellos de la misma manera, con frases como “estamos aquí para ayudarte” o “¿a quién quieres que avisemos?”. Tienen que ser mensajes concretos y directos, aclara Vera, para agilizar la conversación.

Sin embargo, la tarea es más complicada de lo que parece. Dentro del autismo hay tantas variantes como personas diagnosticadas. Los hay con Asperger, hipersensibles, hiposensibles... Cada niño es un mundo. Los hay que prefieren el contacto físico, el sentirse protegidos, y los hay que no toleran que les toquen. Algunos tienen una capacidad intelectual muy alta y otros muy baja. A cada caso hay que dedicarle tiempo y estudio.

Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, la Policía Local de Alcobendas tiene la certeza de que ellos están donde se les necesita. Seguirán estudiando y formándose para poder ayudar a estos menores tanto en las aulas como en las calles y en sus relaciones con los demás. El autismo es un trastorno que afecta a la comunicación, a las relaciones sociales y a la conducta.