Tuvieron que cerrar sus puertas el 14 de marzo pero han seguido en contacto con sus clientes a través de whatsapp y videoconsulta. También decidieron adaptar cuanto antes la clínica a un nuevo modo de atender a sus pacientes llevando a cabo “la desinfección de todas las instalaciones y con el test que nos hemos hecho todo el personal para garantizar que todos estamos sanos y evitar cualquier posible contagio”, nos cuenta Susana Pozo, directora de la Clínica Capilarea.

A partir del lunes abrirán sus puertas con cita previa y “con un cliente por hora durante todo el mes de mayo” además de todo el material de protección “guantes, mascarillas y batas desechables para el personal y los clientes”, explica Susana. Todo ello se completa con la adaptación de las instalaciones “como una mampara en la recepción porque en el resto ya trabajábamos en boxes separados”, nos explica la responsable de esta clínica a la que el estado de alarma ha dejado un ERTE para toda su plantilla.

NO obstante mira al futuro con optimismo “adaptándonos y asimilando que hay que aprender a atender al paciente de otra manera”, concluye.