A su manera y con sus bigotes, ellos y ellas también están confinados. Son los miles de gatos callejeros que han quedado atrapados estos días en parques de la capital como El Retiro o el Juan Carlos I. Son también víctimas colaterales del COVID-19. Su situación desesperada de los primeros días de aislamiento se ha aliviado gracias a los voluntarios que les dan de comer después de que el Ministerio de Sanidad haya dado luz verde para ello. Los voluntarios reciben un carnet en la puerta de los parques madrileños y cumplen un horario para alimentar a los mininos. En Madrid los martes, jueves y sábado entre las nueve y las diez de la mañana.

En Villarejo de Salvanés, localidad de la comarca madrileña de Las Vegas, la protectora de animales Patitas Felices también cumple sus horarios como cuenta a COPE Isabel: “en esta cuarentena que nos ha tocado vivir, a nosotros lo Policía local de Salvarejo nos ha facilitado un documento por el que podemos cuidar, alimentar y pasear a los gatos callejeros y a todos los animales de nuestra protectora. Tenemos unos horarios y los estamos cumpliendo a rajatabla”. Isabel asegura que se toman su trabajo muy en serio, “no utilizamos a los animales como excusa para salir a la calle.

Nosotros salimos porque es necesario atender a esos pobres animales. Las colonias de gatos se pueden alimentar como recoge el Boletín Oficial del Estado. Pero sería muy conveniente que los voluntarios contaran con un justificante para no tener ningún tipo de problema cuando salen a cuidar a estas colonias de gatos”.

Con el actual escenario de confinamiento en casa, el trabajo de los voluntarios y las adopciones de perros y gatos se ha ralentizado. Eso sí, la solidaridad gatuna está funcionando y los mininos de Patitas Felices comparten sus whiskas con los gatos que viven a la intemperie.