El “kamikaze de la M-50” ha pedido perdón por su “error” y ha asegurado estar arrepentido por provocar la muerte de Víctor López cuando embistió su coche mientras circulaba en sentido contrario, a gran velocidad y bajo los efectos del alcohol a primera hora de la mañana del 15 de septiembre de 2019.

La Audiencia Provincial de Madrid ha finalizado este martes el juicio con jurado a Kevin C., acusado de acabar con la vida de un joven de 20 años al chocar con su vehículo cuando supuestamente circulaba por la M-50 en dirección contraria, de manera temeraria y triplicando la tasa de alcohol permitida a primera hora de la mañana del 15 de septiembre de 2019.

Tras la lectura de los informes de las partes, Kevin C. ha hecho uso de su derecho a la última palabra para pedir perdón por primera vez por unos hechos por los que se ha mostrado “arrepentido”. “Sé que cometí un error”, ha dicho.

Al inicio de la sesión la fiscal ha rebajado de 15 a 12 años su petición de cárcel para el acusado al considerar aplicable la circunstancia atenuante de reparación de daños por una indemnización de 87.000 euros que Kevin C. entregó a la familia de la víctima.

No obstante la representante del Ministerio Público ha sostenido su acusación para el procesado por un delito de conducción temeraria con desprecio por la vida, otro contra la seguridad vial y un último, el foco del debate durante el juicio, de homicidio con dolo eventual.

En su informe ha destacado que Kevin C. era “consciente” pese a la tasa de alcohol que presentaba -0,92 gramos por litro de aire espirado- cuando embistió al coche con el que Víctor López se dirigía a su puesto de trabajo, por lo que “asumió esas circunstancias, así como la probabilidad de producir un fatal resultado y aún así actuó”.

Durante su exposición la fiscal ha criticado las “contradicciones” con la declaración en fase de instrucción que el procesado manifestó durante su interrogatorio en el juicio, donde defendió que no recordaba nada de las horas previas al siniestro. “Su amnesia es muy selectiva”.

Asimismo, ha explicado que Kevin C. es un “kamikaze” porque, aunque no se ha demostrado que su conducta estuviera motivada por ideaciones suicidas u expresamente homicidas, su conducción fue “arriesgada y peligrosa”, llegando a pisar el acelerador hasta los 146 kilómetros por hora en el momento del impacto con el coche de Víctor López.

La abogada de la familia de la víctima, Bárbara Royo, ha respaldado los argumentos de la representante del Ministerio Público, pero no aprecia la atenuante por reparación de daños al tacharla de “regalo” para el acusado.

La letrada de la acusación particular ha basado su informe en defender ante el jurado que Kevin C. “sabía lo que hacía” pese a conducir borracho porque circuló “con pericia”.

“La conducción de Kevin es propia de un videojuego, como si fuese acumulando puntos por cada obstáculo superado”, ha aseverado para sostener que su conducta no se guiaba por “automatismos”.

Por su parte, el abogado de la defensa, Jorge Muñoz, ha pedido al jurado "sentido común" a la hora de analizar la conducta de Kevin C.. Así, ha reconocido que su cliente estaba "consciente" pero que el alcohol afectó "de forma manifiesta" a su toma de decisiones.

Para concluir ha solicitado que tras la muerte de Víctor López no se produzca una "segunda tragedia" por una "injusta condena" para el acusado.

El tribunal entregará este martes el objeto del veredicto al jurado popular para que delibere sobre él.