En tan sólo dos días, todo el trabajo que durante más de 40 años ha realizado la Asociación la Veguilla en sus dos viveros se ha venido abajo. Filomena ha arrasado literalmente los centros de Villaviciosa de Odón y Aranjuez en los que 130 personas con discapacidad intelectual cultivan plantas ornamentales.

La imagen que se han encontrado estos trabajadores ha sido desoladora. El vivero de Villaviciosa de Odón tiene 15.000 metros cuadrados cubiertos en forma de invernaderos o umbráculos. El 80% de los umbráculos está inservible y el 40% de los invernaderos ha sido aplastado. Además, el 30% de las mesas de cultivo y demás maquinaria han quedado dañadas.

Una estampa que se repite también en el vivero de Aranjuez. Allí, de los 14.000 metros cuadrados cubiertos, 4.000 han caído al suelo, y los 10.000 restantes tienen daños estructurales que requerirían una completa reposición.

Alonso Mencos es el secretario general de la Asociación la Veguilla. Reconoce que costará mucho trabajo volver a levantarlo todo. Aunque lo que más le duele no es el impacto económico en sí, sino las consecuencias sociales de esta catástrofe, como nos ha contado en Mediodía Cope en Madrid: “Estas personas que llevan tanto tiempo trabajando aquí, sienten que ésta es su casa, es su vida. Aquí trabajan y están súper orgullosos de poder tener un trabajo que les mantiene a ellos y a sus propias familias pero, de la noche a la mañana, no saben qué va a ser de ellos”.

A la espera de conocer el futuro de estos viveros, sus trabajadores no tiran la toalla y se afanan estos días en despejar la nieve y distribuir sal para reducir al máximo el riesgo de accidentes y caídas.