Ante las informaciones sobre la potencial toxicidad de las mascarillas FFP2 que incluyen grafeno entre sus componentes y que podría causar daño en los pulmones, el Ayuntamiento de la capital ha decidido tomar medidas. A la espera de que concluyan las investigaciones sobre los potenciales riesgos de este material, el consistorio ha ordenado la retirada preventiva de medio millón de estas mascarillas que se estaban distribuyendo y utilizando en los servicios municipales. “Por un principio de prudencia”, ha dicho la delegada de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de la capital, Inmaculada Sanz.

La edil ha confirmado que “ya se ha dado la instrucción a todas las áreas del Gobierno municipal y los distritos para llevar a cabo esta retirada debido a las informaciones que nos llega y hasta ver cuál es su alcance”. Ha asegurado que “se va a proceder a la retirada en su totalidad en los servicios que las estaban utilizando” y que “se dejarán de utilizar de inmediato”.

La alerta sobre la potencial toxicidad de estas mascarillas con grafeno la dieron las autoridades de Canadá y el sindicato CSIF pidió esta semana al Ministerio de Sanidad que se compruebe si pueden provocar daños en los pulmones si se respira a diario. Según el sindicato, algunos fabricantes asiáticos incluyen este material, compuesto por átomos de carbono, en las mascarillas.

Los hospitales Infanta Sofía y Príncipe de Asturias también han retirado estas mascarillas como también lo han hecho en otras comunidades como Castilla y León y el País Vasco a la espera de que la Agencia del Medicamento y Productos Sanitarios se pronuncie.