J.L Restán | Línea Editorial
El canto de la alegría
El entusiasmo con que los españoles acudimos en libertad a las urnas por primera vez hace cuarenta años, está lejos de desaparecer de la memoria de quienes votamos entonces, incluidos buena parte de los artífices de aquel memorable paso hacia la libertad. La situación política actual, con la aparición de viejos odios y caducos proyectos destructores del Estado, no es un estímulo para hacer de éste un día de fiesta. Y, sin embargo, por encima de las divisiones políticas, de la fractura que puede significar el reto separatista o de los riesgos para la estabilidad económica y política alcanzada, no se puede borrar de la memoria aquel acontecimiento.El pasado día 15, en un anticipo del acto de hoy en el Congreso que algún sector parlamentario ha querido deslucir, el rey Felipe VI ya hizo en la emblemática ciudad de Cádiz una contundente reivindicación del cambio experimentado por España, desde la elaboración de la Constitución a la formidable transformación política, económica y social de nuestro país, plenamente incorporado a Europa. El rey subrayaba que el pueblo español eligió la libertad, la democracia, la reconciliación y la concordia. Por penoso que resulte comparar estas palabras con la actitud que muestran hoy algunos partidos, sigue viva la esperanza de dejar a las futuras generaciones una España donde todos seamos hermanos, como canta el inmortal Himno de la Alegría, y se alejen para siempre los demonios del pasado.

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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