Vacunación sin excusas morales

A propósito de la vacuna contra el coronavirus, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado una nota en la que hace hincapié en el deber de perseguir el bien común y por eso recomienda la vacunación para la protección de los más débiles y expuestos. También recuerda que es un imperativo moral garantizar que las vacunas sean accesibles a los países más pobres y de manera que no les resulte costosa. La nota vaticana ha sido motivada por algunas dudas surgidas sobre la producción de algunas vacunas, en cuya fabricación se han utilizado líneas celulares procedentes de dos fetos abortados en las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo.

La nota vaticana subraya que en el actual contexto es moralmente aceptable utilizar estas vacunas porque ello no significa una cooperación formal con el mal del aborto. En todo caso la aceptación de esas vacunas no puede constituir una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a ella.

El Secretario de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, ha animado a los españoles a vacunarse, dejando claro también que la decisión debe ser libre, como también indica la nota de Doctrina de la Fe. No existen, por tanto, excusas morales para oponerse a una vacunación exigida por el grave peligro que supone la propagación, hasta ahora incontenible, de un agente patógeno tan mortal como el Covid-16. Lo cual está relacionado con el deber moral de protegernos y el deber de solidaridad de proteger a los demás.