El cardenal Carlos Osoro ha presidido este fin de semana en la catedral de La Almudena la solemne apertura del proceso diocesano de canonización de 140 siervos de Dios, muertos con fama de martirio, promovido por la archidiócesis de Madrid y la diócesis de Getafe, la Asociación Católica de Propagandistas y la Acción Católica de Madrid y Getafe.

Las historias de estos 61 sacerdotes y 79 laicos de muy distinta edad y condición social, que fueron asesinados durante la persecución religiosa de los años 30 del siglo pasado, son ya patrimonio de la Iglesia universal y sus ejemplos nos siguen iluminando hoy. En cada momento de prueba de la historia, los mártires son testigos privilegiados de la fe y semilla de nuevos cristianos.

Los que ahora se investigan fueron perseguidos por causas tan diferentes como santiguarse en público, impulsar el sindicalismo católico, esconder un cáliz o el propio cuerpo de San Isidro, o simplemente por su compromiso público de fe. Sus biografías pueden consultarse en causamartires.archimadrid.es: son una invitación a estar vigilantes, a tener muy presente en nuestra vida el amor de Dios, y a amar hasta el extremo, perdonando incluso a nuestros enemigos.

Todos ellos, como dijo el cardenal Osoro, dejaron que el Señor les cautivase el corazón, le entregaron su vida y con su ejemplo nos interpelan hoy para que nos preguntemos quién es, de verdad, el Rey de nuestra existencia.