“La Linterna” dirigida por Ángel Expósito, fiel a su vocación de hacer periodismo sobre el terreno, en los puntos más calientes del mundo, ha estado en Siria pulsando el latido de un país en el que se libra una especie de guerra mundial a pequeña escala, y en el que los medios de comunicación no suelen detenerse con la profundidad necesaria para explicarnos las causas de lo que allí está sucediendo.

Devastada por una guerra que dura ya más de ocho años, que a menudo hemos confundido con un enfrentamiento entre rebeldes democráticos y un régimen dictatorial, Siria sufre una realidad mucho más compleja. 

Como ha podido comprobar el equipo de Expósito, ahora que, al menos oficialmente, parece que la guerra toca a su fin, va a costar mucho reconstruir el país. Las casas se levantan, como ha afirmado el arzobispo de Homs, monseñor Jean Abdo Harbas, que ha sido el Ángel de la Guarda del equipo de COPE durante el viaje, pero costará años reconstruir a tantos miles de personas destruidas por completo.

En ese contexto de desolación surgen luces como la de Ayuda a la Iglesia Necesitada, entregada a sostener los cristianos perseguidos. Resulta impresionante viajar de su mano e ir recorriendo el mapa de la reconstrucción, haciendo posible, entre otras cosas, que muchos refugiados vuelvan a sus casas. 

Esperemos que no se abra ningún nuevo frente, que a pesar de la dureza de las crónicas y de los durísimos testimonios que nos han hecho llegar, este sea, ahora de verdad, el principio del fin de una guerra en la que ha habido muchos intereses mezclados, y que se ha llevado demasiadas vidas por delante.