Estamos en el arranque de la campaña electoral de las elecciones andaluzas. Un 60% de los andaluces, según el último CIS, quieren un cambio de Gobierno. Casi el 45% piensa que la gestión de Susana Díaz ha sido mala o muy mala. No es de extrañar que los andaluces quieran cambio.

Después de 40 años de Gobiernos socialistas, el Índice de Competitividad Regional de la Unión Europea señala a la comunidad presidida por Susana Díaz como la más corrupta de España. Andalucía es una de las regiones europeas más pobres a pesar de haber percibido desde 1986 más de 100.000 millones de euros en ayudas de la UE. La tasa de paro juvenil, una vez que hemos salido de la crisis, es del 46 por ciento. Uno de cada tres andaluces está en riesgo de exclusión social.

Los servicios sanitarios y de educación no son buenos. Andalucía es la segunda Comunidad Autónoma de España con menos proporción de enfermeras por habitante, en algunas provincias los médicos de familia tienen asignados más de 1.500 pacientes. Andalucía sigue siendo la comunidad que menos presupuesto por habitante destina a sanidad y la que tiene peor ratio de camas hospitalarias de España. El abandono educativo temprano está 13 puntos por encima la media europea y 5 puntos por encima de la media en España. Habrá que ver si ese deseo de cambio se expresa en un voto coherente que lo haga posible.