La llegada de Juan Carlos I ha suscitado las previsibles reacciones de una izquierda antisistema que no digiere la historia reciente de una España que se construyó sobre la superación de los enfrentamientos del pasado y llevó a cabo una modélica Transición, cuyo espíritu está vigente en la Constitución de 1978. Unidas Podemos, un partido que forma parte del gobierno de Pedro Sánchez, emitió un tuit que representa el sesgo de un populismo de nula calidad democrática. El partido de la vicepresidenta del Gobierno dijo que “cualquier persona que volviera a nuestro país con el historial del rey Juan Carlos sería detenido nada más cruzar la frontera, llevado ante la Justicia, porque no es igual para todos. La monarquía es una institución diseñada para delinquir”.

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Unidas Podemos se olvida de que si ha habido una persona que ha sido investigada judicialmente en España en los últimos años ha sido el Rey Emérito. Investigaciones que han descartado cualquier proceso judicial. Decir, como hace Podemos, que la Justicia en España no es igual para todos, significa atentar contra el Poder Judicial, su prestigio e independencia, que es un principio base de nuestro sistema constitucional. El colmo de la demagogia y de la necedad, se refleja en la afirmación de que “la monarquía es una institución diseñada para delinquir”. Es una afirmación carente de base racional que desconoce la historia, no solo de la monarquía sino de España. Es mucho más que una anomalía, el hecho de que un partido que está en el Gobierno se dedique a dinamitar las instituciones del Estado. Es un suicidio de las instituciones.