La eliminación de la reducción por la tributación conjunta, que es una subida de impuestos, afecta sobre todo a la clase media y a la clase media baja. La reducción por la tributación conjunta no es la única subida que incluye el Plan de Recuperación. A eso hay que añadir la subida del impuesto sobre el Diesel, la creación de un impuesto sobre los envases de plástico y un impuesto sobre la entrega de residuos. Y además una revisión de los beneficios fiscales.

El Gobierno siempre ha argumentado que España tiene una presión fiscal baja y que hay que armonizarla con el resto de Europa. Esa es una verdad a medias. La presión fiscal es el porcentaje de los impuestos que se pagan en función del PIB. En España es muy baja porque hay mucha economía sumergida, y ahí no se pagan impuestos. De los que pagan impuestos, los que tienen familia en España son los que pagan más impuestos en el mundo desarrollado. El IRPF y las cotizaciones sociales que pesan sobre un trabajador con familia en España son más altos que las de un trabajador en Alemania. El esfuerzo fiscal de los españoles no es menor que el resto de los europeos, y el esfuerzo fiscal de los padres en España está por encima de la media de los países desarrollados.