Línea editorial: "Un país hostil para los jóvenes"

España es, cada vez más, un país difícil para los jóvenes. Un 55 por ciento de los jóvenes españoles con menos de 30 años viven en la casa de sus padres. La pandemia ha empeorado esta situación. Un total de 228.000 personas de 16 a 35 años volvieron a vivir con sus padres a lo largo del año pasado. La emancipación juvenil ha caído al 17% por la pandemia.

Tenemos una tasa de paro juvenil del 40% y una de temporalidad del 60% entre quienes logran emplearse, a lo que se añaden las rotaciones y los bajos sueldos. Las sucesivas crisis han ido precarizando cada vez más el empleo. A lo que se suman los precios de la vivienda. En estas condiciones es muy difícil construir una trayectoria vital y un hogar.

No es, desde luego, una buena solución, poner límites a los precios de alquiler como propone Podemos, pero sí hacer política para que haya viviendas baratas en España. Tampoco es solución una contrarreforma laboral como la que quiere hacer la ministra de trabajo Yolanda Díaz, entre otras cosas porque no beneficia a los jóvenes que son los que tienen peores contratos. Hay muchas reformas pendientes en el ámbito laboral, en la planificación de viviendas públicas, en la mejora de la educación de las nuevas generaciones. Pero, por desgracia, tenemos una clase política más interesada en ocupar espacios que en ofrecer soluciones.