La extensión de la tregua en Tierra Santa hasta el jueves ha rescatado esperanzas. Josep Borrell, el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, ha asegurado que "no habrá paz ni seguridad para Israel sin un estado palestino". En los Acuerdos de Oslo de hace 30 años la Organización para la Liberación Palestina (OLP) fue reconocida por Israel como el representante legítimo del pueblo palestino. Los palestinos, por su parte, reconocieron a Israel. La solución de los “dos estados” parecía estar al alcance de la mano.

Pero los Acuerdos de Oslo quedaron en papel mojado. Arafat temió dar el último paso. Por su parte, Israel ha seguido estableciendo colonias en los territorios palestinos. En el momento en que se firmaron los Acuerdos había poco más de 110.000 colonos judíos viviendo en Cisjordania. Hoy, la cifra supera los 700.000. La Autoridad Nacional Palestina, por otro lado, ha generado entre los suyos una gran frustración con una gestión ineficiente de servicios básicos como la salud, la educación y la vigilancia, y con graves casos de corrupción. No se explica el control de Gaza por Hamas sin el fracaso de la ANP. El hecho es que la falta de una solución política y la frustración de la población palestina alimenta el desarrollo de organizaciones cada vez más radicales.

Hamas no debe seguir controlando Gaza porque es una organización terrorista. Pero Gaza no debe quedar bajo el control de Israel, porque es territorio palestino. Es difícil encontrar una solución, pero la guerra infinita no entra dentro de una ecuación razonable.