Decenas de miles de personas han abarrotado este domingo el centro de Madrid, en una manifestación convocada por el Partido Popular. Más allá de un apoyo masivo que clama contra el Sanchismo, quedan algunos mensajes muy claros encima de la mesa. El primero es decirle claramente a Sánchez que hay mucha gente dispuesta a resistir y que esa resistencia será mayor cuanto mayor sea también la deriva autoritaria del Gobierno. Además, queda un mensaje de solidaridad imprescindible, especialmente con jueces y periodistas, señalados reiteradamente, con más impudicia si cabe desde el famoso punto y aparte de Sánchez.

A cuatro días de la más que previsible aprobación en el Congreso de la Ley de Amnistía, a una semana de las elecciones europeas, con una inestabilidad parlamentaria e institucional creciente, lo cierto es que por dónde pueda salir Sánchez resulta siempre un enigma, incluso para los suyos. Harán caso omiso a la voz de la calle o retorcerán la realidad en aras del relato que más les convenga, pero no sé puede seguir infinitamente tapando el sol con el dedo. Esperamos con cierto temor el próximo giro de guion que el Presidente se saque de la chistera. Nos da confianza, sin embargo, que actos como la manifestación de este fin de semana sean un síntoma más de que hay suficiente músculo en la sociedad civil española. Hay mucha gente dispuesta a resistir pacífica y creativamente y a tomarse en serio la verdadera regeneración que España necesita.