Línea Editorial COPE: Las consecuencias de una financiación singular para Cataluña

La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la AIReF, ha advertido de las consecuencias de la pretensión del Gobierno y el independentismo catalán de articular un sistema de financiación singular para Cataluña. Su argumento es que tendría serias repercusiones sobre el resto de Comunidades Autónomas y afectaría, muy en particular, al cumplimiento de los objetivos de déficit. Desde que, en 2012, Artur Mas planteó al Gobierno de Mariano Rajoy un cupo catalán, infinidad de estudios han demostrado que la propuesta es inviable, ya que prácticamente dejaría a la Comunidad de Madrid como único financiador de la caja común. Técnicamente la conclusión es clara. Políticamente, se trata, sin embargo, de un asunto incómodo para los dos grandes partidos, lo que explica que la reforma de la financiación autonómica se haya venido postergando desde 2012. El informe del grupo de expertos creado a instancias de la Conferencia de Presidentes Autonómicos marcó en 2017 unas líneas que siguen sirviendo de referencia.

Un principio para cualquier reforma debe ser el de igual financiación a igual esfuerzo fiscal, objetivo que hoy en España suena utópico. Otro, el diseño de un modelo que incentive la responsabilidad fiscal de los gobiernos regionales y obligue a una rendición de cuentas. Todo lo contrario del sentido al que apunta la negociación entre el PSOE y ERC. Cierto que el desbarajuste viene de atrás, pero esta podría ser la puntilla a cualquier esperanza de una financiación autonómica con mínimos visos de racionalidad y justicia redistributiva.