En Cádiz se celebra estos días el noveno congreso de la lengua española. Está dedicado al mestizaje lingüístico y cultural. El español está en América en intenso contacto con el portugués y el inglés. Se han producido contagios en las maneras de hablar, de vocablos y en las formas gramaticales. En Puerto Rico o en Estados Unidos, aparecen ya fórmulas de mestizaje.

Durante cierto tiempo ha habido una percepción muy optimista de la extensión del español en Estados Unidos. En algunos momentos parecía, según algunos relatos, que el español iba a sustituir al inglés. El fenómeno de los hispanos es un fenómeno complejo. Muchos latinos pueden sentirse hispanos, pero no hablar español. Y esto es peligroso para el mantenimiento de una lengua.

El español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín, y es la cuarta lengua en un cómputo global de hablantes. Pero es una lengua fundamentalmente nativa. Como lengua internacional no llega a los 100 millones de hablantes, mientras que como lengua nativa la hablan 500 millones de personas. Si queremos convertirla en lengua internacional, más allá del ámbito nativo, tendrá que ser necesariamente en combinación con el inglés. Enfrentarse al inglés es absurdo. El futuro, también en el ámbito de la Inteligencia Artificial, pasa por convertir al español en segunda lengua extranjera en todo el mundo.