En plena oleada de ataques yihadistas en la vasta región africana del Sahel, se ha celebrado en Dakar un foro internacional sobre paz y seguridad en el que se ha hablado mucho de cooperación contra el terrorismo, así como de las crisis sanitaria, económica, climática y migratoria. Los debates han reunido a seis jefes de Estado junto a políticos, militares e investigadores públicos y privados, tanto africanos como europeos y americanos, preocupados por los retos que se plantean en el continente y que afectan de lleno a la seguridad y estabilidad mundial.

El drama es la falta de medios económicos y de preparación profesional en los más diversos ámbitos, también en el militar. Esto dificulta contener la espiral yihadista en el África subsahariana, donde se suceden los golpes de Estado. Además, la inestabilidad amenaza con desbordarse hacia los países de la costa atlántica. Para el presidente del Consejo Europeo, asistente al Foro, ha sonado la hora de fundar una nueva alianza entre África y Europa para afrontar solidariamente una realidad cada día más dramática. De momento, como ocurre en estos foros de reflexión, todo parece quedarse en el limbo de las palabras, mientras China y Rusia muestran un creciente interés por asentarse económica y militarmente en África, que podría convertirse en el próximo escenario de una nueva "guerra fría".