Con su sentencia sobre el caso de la trama Gürtel, el Tribunal Supremo desarma el pretexto utilizado por Sánchez y sus socios para justificar la moción de censura contra Mariano Rajoy. Es cierto que se confirma la condena al Partido Popular como partícipe a título lucrativo de los delitos cometidos por la trama Gürtel, pero esto mismo implica que el PP no era responsable ni conocedor de tales delitos. Resultan “excesivas, arbitrarias e innecesarias”, a juicio del Supremo, las alusión introducidas por el juez de Prada sobre la responsabilidad del PP y del propio Rajoy en dicha trama de corrupción, que sirvieron de coartada moral y política para poner en marcha la moción de censura que permitió la llegada de Sánchez a Moncloa.

El propio Mariano Rajoy ha hecho pública una declaración en la que sostiene, a la vista de esta sentencia del Supremo, que aquella operación estuvo basada en una enorme manipulación. En todo caso, es evidente que el caso Gürtel ha envenenado la vida política española en los últimos años, al tiempo que se ha convertido en la gran coartada de Sánchez para romper el pacto constitucional y emprender una maquiavélica escalada para controlar las instituciones, especialmente el Poder Judicial, con una ley que podría poner en la picota al propio Estado de Derecho.