Un curso político insostenible
Comienza el curso, con el Gobierno dispuesto a dialogar, únicamente, cuanto está está dispuesto a ofrecer para sobrevivir

Línea Editorial Cadena COPE
Madrid - Publicado el
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Tras un agosto demoledor para el Gobierno, con el primero de septiembre arranca hoy oficiosamente el curso político. Para empezar, Salvador Illa ha anunciado que mañana se verá con el prófugo Puigdemont en Bruselas para asegurar su mayoría en el Parlament. Posiblemente le traslade también un mensaje de Sánchez. Es todo un signo de la dependencia que encadena al Ejecutivo. Oriol Junqueras se ha adelantado a recordar que, si no se avanza en el nuevo sistema fiscal para Cataluña, no habrá acuerdo de ningún tipo, mientras Illa responde que, en democracia, el diálogo es el motor primero, el que pone en marcha el coche. Lo malo es que aquí se trata de dialogar simplemente sobre las concesiones que el Gobierno está dispuesto a ofrecer para sobrevivir, no del bien común de la sociedad a la que debe servir.
El curso comienza, una vez más, sin presupuestos, y sin perspectiva de que los vaya a haber. El horizonte judicial del entorno del Gobierno es plomizo. Parece que el imputado Fiscal General del Estado arrastrará aún más el crédito de la institución al seguir en el cargo e inaugurar solemnemente el curso judicial; los datos reales de la Economía son preocupantes, la presión fiscal está disparada y el hartazgo de la ciudadanía con sus gobernantes no hace más que crecer. La situación sería insostenible para cualquiera que tuviera un mínimo de sentido de Estado, pero la única sorpresa que podemos esperar de Sánchez una nueva treta para seguir aplicando su conocido manual de resistencia.