En medio de la campaña electoral se ha levantado el sumario del caso “Alquería”, un escándalo de corrupción que afecta de lleno al Partido Socialista en Valencia y que también implica a su socio de gobierno, Compromís. La fiscalía anticorrupción ha apreciado delitos continuados de prevaricación  y malversación de fondos en la contratación de hasta nueve cargos públicos de la empresa Divalterra, dependiente de la Diputación de Valencia. El expresidente de esta empresa, el socialista Jorge Rodríguez, fue detenido en junio de 2018 junto con otros cargos de confianza ligados al socialismo valenciano, y ahora ha dejado la militancia socialista.   

En la querella que ha presentado la fiscalía anticorrupción se habla de una “actuación arbitraria y caprichosa” en la contratación irregular de directivos a través de diversos “artificios” que vulneran todas las leyes de contratación de servicios públicos, con la finalidad de favorecer a los miembros de los partidos dominantes en la Diputación de Valencia. Esos cargos llegaron a formar una “estructura paralela” de gobierno en manos los socialistas y de Compromís. Sorprende una vez más el silencio espeso en torno a un caso de corrupción que afecta a las filas socialistas, y que invalida las continuas pretensiones de regeneración de Pedro Sánchez. Y más si tenemos en cuenta que en Valencia los socialistas se presentaron bajo la bandera de la limpieza frente a la corrupción del PP de tiempos pasados.