Alto el fuego

El Papa Francisco ha pedido este domingo un alto el fuego total en todos los conflictos del mundo debido a la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID 19. En el que ha bautizado, de forma elocuente, como domingo del llanto, el Papa se ha sumado así a cuantos han llamado a detener toda forma de hostilidad bélica, favoreciendo la creación de corredores de ayuda humanitaria, la apertura de la diplomacia y la atención a quien se encuentra en situaciones de gran vulnerabilidad. El Papa ha querido acordarse, de forma especial, hacia las personas que se ven obligadas a vivir en grupo, como las que permanecen en residencias, en cuarteles, o los presos que cumplen condena en las cárceles.

Las personas más vulnerables son las que pueden sufrir de manera más profunda las consecuencias de esta crisis, que nos sitúa también a cada uno ante el espejo de las propias vulnerabilidades.

Como ha subrayado el Papa, estamos ante una gran oportunidad para que el compromiso adquirido de trabajo conjunto contra la pandemia nos lleve a todos a reconocer nuestra necesidad de reforzar los lazos fraternos como miembros de la única familia humana.

Ojalá que un momento de prueba tan dura como el que estamos viviendo despierte en los líderes de las naciones y en las demás partes en causa un renovado compromiso a la superación de las rivalidades, y que sirva para que, sacando lo mejor de nosotros mismos, todos nos demos cuenta de que los conflictos no se resuelven por medio de la guerra, sino que es necesario superarlos por medio del diálogo y la búsqueda constructiva de la paz.