La Universidad Católica de Valencia ha investido esta mañana Doctor Honoris Causa, a título póstumo, al expresidente del Gobierno Adolfo Suárez. La distinción ha sido recogida por su hijo, Adolfo Suárez Illana, presidente de la Fundación Concordia y Libertad, que ha reconocido que hoy la concordia entre los españoles se encuentra amenazada.

En un momento histórico en el que algunos dirigentes políticos apuestan sin disimulo por acabar con el régimen del 78 y por volar todos los puentes y consensos logrados durante la Transición, este reconocimiento de la figura de Adolfo Suárez en el marco de la universidad tiene un enorme valor simbólico. Como ha destacado el Cardenal Antonio Cañizares, Adolfo Suárez, presidente del Gobierno de España entre 1976 y 1981, fue un hombre de profundas convicciones religiosas, gran promotor de las universidades católicas y fue, sobre todo, el gran hombre de la concordia y de la unidad en un período histórico muy delicado para España.

Merecedor durante su vida de numerosos reconocimientos, se le concedió en 1996 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Pocos galardones le hacen tanta justicia como ése. Adolfo Suárez supo sacrificar en muchas ocasiones intereses personales y políticos en favor del bien común, y eso hay que destacarlo particularmente ahora, en un momento en el que se habla de una memoria que no apunta hacia el futuro, sino hacia un pasado cuyos enfrentamientos algunos pretenden resucitar.