La situación insostenible de Barajas
En los últimos meses, cerca de 400 personas sin hogar se han instalado de forma semipermanente en el Aeropuerto de Barajas

Madrid - Publicado el
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En los últimos meses, cerca de 400 personas sin hogar se han instalado de forma semipermanente en el Aeropuerto de Barajas. Se trata de perfiles diversos: desde solicitantes de asilo que esperan una respuesta de la Administración, hasta personas en situación de extrema vulnerabilidad. La dignidad de quienes se encuentran en una circunstancia tan límite debe ser siempre la premisa desde la que se arbitre cualquier solución para este problema.
El pasado miércoles, Aena anunció que el aeropuerto endurecería sus condiciones de acceso y que, a partir de ahora, solo podrán ingresar en Barajas durante la noche quienes cuenten con una tarjeta de embarque. El alojamiento de personas sin hogar representa, sin duda, un desafío en términos de higiene y del normal funcionamiento de las instalaciones. Sin embargo, bloquear el acceso a quienes no tienen dónde pernoctar no parece ser la medida más prudente ni la más sensible desde una perspectiva humanitaria.
Las distintas administraciones —desde el Gobierno y los ministerios implicados, hasta el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid— deben colaborar de forma leal y coordinada para ofrecer una respuesta urgente a una situación que ha colocado al principal aeropuerto de España en un escenario difícilmente sostenible. Un país rico como el nuestro no puede abandonar a su suerte a cientos de personas sin un mapa claro de responsabilidades públicas.
Esta dolorosa realidad social nos interpela y exige medidas políticas de forma inmediata. No deberíamos permitirnos ninguna forma de indiferencia ni son admisibles las estrategias partidistas. Con todo, resulta evidente que un aeropuerto no puede convertirse en un refugio improvisado ni funcionar como solución transitoria para un problema que ya es estructural en nuestra sociedad.



