Moldavia resiste, pero la amenaza continúa
"El Kremlin intenta por todos los medios controlar esta pequeña república exsoviética, encajada entre Ucrania y Rumanía"

Escucha la línea editorial de la mañana del martes 30 de septiembre de 2025
Madrid - Publicado el
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Europa respira aliviada tras la contundente victoria en Moldavia del bloque favorable a la adhesión, más abultada de lo que las encuestas presagiaban. El Kremlin intenta por todos los medios controlar esta pequeña república exsoviética, encajada entre Ucrania y Rumanía, en la que el ejército ruso sostiene desde 1992 a la autoproclamada república independentista de Transnistria. La visita conjunta en agosto del presidente de Francia, el canciller alemán y el primer ministro polaco reflejó la importancia de esta nación para el proyecto democrático que representa la UE, amenazado por las pretensiones imperialistas rusas. El flanco sureste comunitario se convertirá en fuente de desestabilización permanente si Putin logra un control de Moldavia como el que ya tiene en Bielorrusia y está cerca de conseguir en Georgia. Bruselas es consciente y ha reconocido que su respuesta no ha estado a la altura de la agresiva campaña rusa. Claro que otro tanto podría decirse de los Balcanes occidentales, donde la ciudadanía se debate entre el deseo de pertenecer al club de prósperas democracias occidentales, y la escasa confianza en que, llegado el caso, Berlín o París acudan en su auxilio. La realidad es que la ambiciosa agenda de ampliación al este aprobada en Granada en 2023 se topa una y otra vez con las limitaciones institucionales y las divisiones internas que impiden una política exterior y de seguridad común como la que reclama el peso económico de la Unión, no ya para proyectarse como actor global, sino para asegurar un mínimo de estabilidad en sus fronteras.



