Congreso del PP

El PP ha celebrado este fin de semana su 21 Congreso en un clima de unidad y de euforia por la crisis que atraviesa el PSOE y el Gobierno. El partido que ganó las últimas elecciones generales aparece unido en torno a su líder, Alberto Núñez Feijóo, sin que hayan reaparecido las polémicas internas y la división que en otros momentos marcaron a este partido.

En el Congreso de este fin de semana, el PP ha aprobado una ponencia política en la que reivindica sus raíces liberales, conservadoras y su origen en el humanismo cristiano. El texto defiende la unidad nacional, el valor de las instituciones, la independencia judicial y la cultura del esfuerzo, principios todos ellos que en este momento son necesarios para la buena marcha de España.

La calma interna que vive el PP es una buena ocasión no solo para la reformulación de sus principios, sino para que sus potenciales votantes sepan cómo se traducen esos principios en propuestas para los nuevos retos. El PP tiene suficiente experiencia de gobierno en las Comunidades Autónomas y en los ayuntamientos como para hacer ese trabajo de reflexión, aunque sea bajo el fragor de la actual batalla política. Feijóo ha dicho claramente que se propone gobernar en solitario, sin descartar acuerdos parlamentarios con VOX y con otros partidos. Para lograrlo necesita ensanchar su base con propuestas constructivas y capaces de ilusionar a nuevos votantes. El Congreso ha sido un buen punto de partida, pero no hay espacio para la autocomplacencia.