Caso Juana Rivas: respeto a los jueces
No parece adecuado que el Gobierno intervenga para cuestionar las decisiones de los tribunales italianos y españoles

Madrid - Publicado el
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El caso de Juana Rivas, como todos los casos en los que están judicializadas las relaciones familiares y los menores son los protagonistas, es un caso complejo, con muchos sentimientos encontrados y mucho dolor. Hay, en cualquier caso, algunas cuestiones evidentes. Desde hace años los tribunales italianos y españoles se ocupan del caso. No parece adecuado que el Gobierno, como ha hecho, intervenga para cuestionar sus decisiones.
Casi al mismo tiempo que Juana Rivas, en cumplimiento de lo establecido por la justicia, entregaba ayer a su hijo Daniel a su padre, la Audiencia Provincial de Granada decidía investigar si es la protagonista de un delito de sustracción de menores. El auto de la Audiencia indica que Juana Rivas se llevó a su hijo menor de Italia sin importarle el daño psicológico que pudiera causarle. Los jueces señalan que ha alterado el régimen de custodia.
El pasado martes, Juana Rivas debía entregar a Daniel a su padre. Lo lógico es que lo hubiese hecho de un modo discreto, por el bien del menor, en el punto de entrega establecido. La presencia de los medios de comunicación, la invitación a que el niño realizara declaraciones y la actuación de la madre no permitieron que esa entrega se concretara.
Los litigios por la custodia, en demasiadas ocasiones, instrumentalizan a los menores y los convierten en el pretexto para el enfrentamiento entre los padres. Sin una mínima concordia alimentada por el deseo de reducir el sufrimiento de los niños, los jueces y la ley solo pueden intentar aminorar el daño. Y es necesario respetarlos.



