El estado de Louisiana cuenta con seis representantes en el Congreso estadounidense: los republicanos Steve Calise, Clay Higgins, Mike Johnson, Julia Letlow y Garret Graves, mientras que los demócratas sólo cuentan con Troy Carter como representante del estado en el Congreso, el único afroamericano. Un mapa que, de momento, se mantiene como bueno para las próximas elecciones tras la decisión del Supremo de Estados Unidos de mantener el mapa electoral aprobado por los republicanos vetado por el propio gobernador, John Bel Edwards.

Louisiana, que hace sólo 20 años contaba hasta con 8 distritos, se distribuye en la actualidad en seis distritos gracias al nuevo dibujo del censo. En términos raciales, el diseño aprobado por los republicanos deja a la mayoría negra agrupada en un sólo distrito, cuando la proporción es de 1 ciudadano negro por cada 3 en todo el estado, un 4% más que en la década anterior.

Un juez estatal había parado el nuevo censo tras la petición del propio gobernador, un nuevo dibujo que calificaba como Gerrymandering: una supuesta estrategia de los republicanos para agrupar el 30% de la población dentro de un sólo distrito, centrando el voto tradicionalmente demócrata en una sola representación. No obstante, el Supremo ha decidido mantenerlo temporalmente, al menos mientras decide sobre un caso similar en Alabama.

Qué es el Gerrymandering

Al otro lado de Lousiana, en Massachusetts, y hace más de dos siglos tuvo lugar el origen del término como tal, de la mano del padre fundador y ex vicepresidente de Estados Unidos, Elbridge Gerry. El gobernador, de 70 años, buscaba una nueva victoria que le llevase hasta la Casa Blanca y, para ello, debía frenar el voto de aquellas zonas del estado que se mostraban más críticas. ¿Cómo? Reunificándolas todas en una.

El mapa estatal de Massachusetts quedó redibujado en la parte norte y oeste, dejando una imagen de 'salamandra' que los periodistas utilizarían para señalar la jugada de Gerry, que terminaría por ser rebautizada como el 'Gerrymandering'. Un método de menoscabar la influencia de los distritos de la oposición anexionándolos, así como los mantiene siempre en minoría. Una táctica que tanto Reino Unido como Estados Unidos, donde este año han cambiado el dibujo de casi todos los estados.

¿Puede ocurrir el Gerrymandering en España?

La respuesta es simple: sería muy complicado que en España pudiese tener lugar una estrategia de Gerrymandering. Por el simple hecho de que en España la circunscripción es la provincia, tal y como recoge la Constitución Española. Salvo casos muy excepcionales, es muy difícil modificar las circunscripciones. Otra cosa es en elecciones autonómicas, como ocurrió en los últimos 20 años en Castilla-La Mancha, donde se ha modificado hasta en tres veces la ley electoral entre 2007 y 2015.

Hace 15 años, José María Barreda subió en un diputado la representación de Toledo y Guadalajara, tradicionalmente de voto popular, para provocar un empate entre ambos partidos, dejando en impar Albacete, Cuenca y Ciudad Real, de tradición socialista. Cospedal ganó en 2011 de todas formas, e intentó la misma jugada: subir cuatro escaños el número de diputados, haciendo pares las provincias socialistas, salvo Albacete y de nuevo impares las populares. Pero el gobierno de Cospedal cambió de estrategia cambió sólo un año después: reducir los diputados hasta 25, con un objetivo diferente: dificultar la entrada de nuevos partidos políticos. Como con Barreda, ninguna de las dos reformas salió bien en 2015: no sólo no consiguió la mayoría absoluta Cospedal, sino que García-Page se apoyó en Podemos para gobernar.