En Francia prosiguen las protestas por la reforma de las pensiones aprobada por decreto por el presidente Emmanuel Macron. A los nuevos paros convocados par aeste jueves, se suma la séptima noche consecutiva de graves altercados en las calles de París. Y es que, son numerosos los sectores que están hoy en huelga por este motivo. La intervención del mandatario francés en la televisión este miércoles, para dar por zanjada esta secuencia y pasar a otra cosa no ha hecho más que incrementar la determinación de los que se oponen.

Los servicios de información temen que la movilización sea hoy más radical, al imagen de los grupos de personas que estas últimas noches han protestado produciendo decenas de detenciones, más de un centenar de policías heridos, y diversos actos de violencia policial. El metro está fuertemente perturbado, solo circulan la mitad de trenes de alta velocidad, un tercio regionales. Las refinerías y varios depósitos están bloqueados ralentizando el aprovisionamiento de gasolineras, y en los colegios se esperan un 40% de huelguistas. Además, los estudiantes de secundaria que han terminado sus exámenes podrían incorporarse a este movimiento.

Este escenario no solo se ha producido en la capital, sino también en otros puntos del país, como en Burdeos, donde los manifestantes han lanzado fuegos artificiales contra la Policía, así como en Lille o en Lyon, ciudad en la que se han vivido momentos de tensión.

En mitad de las acciones de la Policía para dispersar a los manifestantes, el Sindicato Nacional de Periodistas ha denunciado “detenciones arbitrarias” de informadores durante los últimos días con el objetivo de “impedir que puedan captar imágenes” de las fuerzas de seguridad, según ha informado el diario Le Parisien.

Esto se produce después de que Amnistía Internacional (AI) haya alertado “sobre el uso generalizado de la fuerza excesiva y las detenciones arbitrarias de informadores” en el marco de las protestas contra la reforma de las pensiones.

Durante este miércoles, en la entrevista de Emmanuel Macron en la televisión, se ha comprometido de forma desafiante a sacar adelante el polémico aumento de la edad de jubilación hasta los 64 años, afirmando que está dispuesto a aceptar ser impopular ante unas protestas en ocasiones violentas.

"Lo digo con responsabilidad, no busco ser reelegido, constitucionalmente no puedo, pero entre los sondeos de opinión y el corto plazo o el interés general del país, elijo el interés general del país y si hoy es necesario aguantar la impopularidad, la aguantaré", destacaba el presidente francés. Una entrevista que, en vez de calmar los ánimos, ha generado todo lo contrario, sobre todo en una jornada en la que se esperan más movilizaciones.