Los opositores a Putin, muertos en extrañas circunstancias

Como en anteriores ocasiones, el Kremlin asegura desconocer las causas de la muerte del líder de la oposición a Putin.

La famosa periodista Anna Politkóvskaya fue asesinada en el portal de su domicilio en 2006

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El Comité de Instrucción de Rusia ha comunicado que ha iniciado una investigación, "de acuerdo con el procedimiento establecido por la ley" para establecer las circunstancias de la muerte de Alexéi Navalni que se encontraba desde diciembre de 2023 en una prisión en Jarp, en el círculo polar Ártico, cerca de la cordillera de los Urales.

La cárcel lleva el nombre de "Lobo polar" y es considerada una de las prisiones más remotas de la civilización de toda Rusia.

Para Putin, Navalni -bloguero, abogado anticorrupción y organizador de las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la URSS, era el enemigo número uno.

De hecho, el político opositor calificaba al mandatario ruso como "Vladímir el envenenador". Navalni era el faro de la primera generación libre en la historia de Rusia. El Kremlin era tan consciente de ello, que en medio de la campaña militar en Ucrania, la Justicia rusa le impuso la última de sus penas, con lo que sumaba casi 30 años de cárcel.

Para los mandatarios europeos no hay duda: Putin le ha asesinado

Yulia Navalnaya, ya viuda de Alexéi, ha asegurado que el presidente Vladímir Putin y su entorno "pagarán" por la muerte de su marido.

El periodista ruso Dmitri Murátov, premio Nobel de la Paz en 2021, ha denunciado que la muerte en prisión del líder opositor es el resultado de "los tormentos y torturas" a los que ha sido sometido durante de tres años.

La vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, afirma que Rusia es "responsable" de la muerte de Alexéi Navalni, que a su juicio es otra señal de la "brutalidad" del presidente Vladímir Putin.

Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha subrayado que "obviamente ha sido asesinado" en la prisión rusa en la que se encontraba, porque al presidente de Rusia, Vladímir Putin, no le importa quién muera con tal de mantenerse en el poder.

"Es muy lamentable que Alexéi Navalni haya muerto en una prisión rusa. Para mí es obvio: fue asesinado", ha dicho Zelenski en una rueda de prensa tras reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz, quien ha añadido que Navalni ha pagado con su vida, la valentía con la que supo vivir.

Opositores a Putin que murieron en extrañas circunstancias

Durante los 24 años de liderazgo del jefe del Kremlin, Vladímir Putin, en Rusia han tenido lugar varios sonados asesinados políticos, a los que habría que sumar las muertes en extrañas circunstancias de numerosos activistas y defensores de los derechos humanos.

La famosa periodista Anna Politkóvskaya fue asesinada en el portal de su domicilio el 7 de octubre de 2006, coincidiendo con el 54 cumpleaños del presidente ruso, Vladímir Putin.

La Justicia dictaminó que el asesinato fue organizado y cometido por un grupo de chechenes, aunque los tribunales nunca identificaron al autor intelectual del crimen.

La familia, los abogados y los colegas de Politkóvskaya en el periódico "Nóvaya gazeta" responsabilizan al líder chechén, Ramzán Kadírov, de estar implicado en la muerte de la periodista.

Fue un teniente coronel del FSB, los servicios de inteligencia de Rusia que sucedieron a la KGB. Vladímir Putin fue presidente de este organismo y Alexander Litvinenko denunció la corrupción de sus superiores. Le consideraron un traidor y fue encarcelado hasta que en el año 2000 consiguió exiliarse a Reino Unido junto a su mujer para protegerse de la amenaza de Vladímir Putin. Allí trabajó para el servicio de inteligencia británico (MI6), al que filtró todo tipo de información.

Alexander Litvinenko fue envenenado

Pero la distancia no fue suficiente para evitar un trágico final. El 1 de noviembre de 2006 se reunió en el Millenium Hotel de Londres con dos excompañeros de su tiempo en la inteligencia rusa, Andrei Lugovoi y Dmitry Kovtun, a quienes consideraba amigos. Horas después empezó a encontrarse mal y el 3 de noviembre fue ingresado. Finalmente, la investigación descubrió que había sido envenenado con polonio 210 que habían vertido sus dos ex compañeros en su té y falleció el 23 de noviembre de 2006.

El abogado Stanislav Markélov y la periodista del periódico opositor "Nóvaya gazeta" Anastasia Babúrova fueron asesinados en Moscú en enero de 2009.

Un jurado popular declaró culpables del asesinato a dos ultranacionalistas, que tirotearon en plena calle al abogado y a la periodista, cuando abandonaban una rueda de prensa en el centro de la capital rusa.

La Justicia estableció que el asesinato fue perpetrado por motivos políticos e ideológicos, ya que Markelov defendía a las víctimas de ataques violentos perpetrados por grupos neonazis rusos.

Activista de derechos humanos y colaboradora de "Nóvaya gazeta", Estemírova apareció muerta cerca de una carretera en la república norcaucásica de Ingushetia en julio de 2009.

La periodista investigaba los secuestros, ejecuciones sumarias, torturas y otros abusos contra civiles en el Cáucaso y, concretamente, en Chechenia, donde se ganó la enemistad de Kadírov.

Nemtsov, ex viceprimer ministro y entonces dirigente opositor, fue asesinado frente a las murallas del Kremlin en febrero de 2015.

Considerado el asesinato más grave en la historia de la Rusia moderna, su muerte provocó protestas en Moscú y unánimes condenas internacionales contra las autoridades de este país.

Su familia acusa al Kremlin no de apretar el gatillo, pero sí de crear las condiciones que llevaron al tiroteo del opositor a manos de un grupo de chechenes, según establecieron los tribunales.

Nemtsov había acusado al Kremlin del mayor caso de corrupción de la historia del país durante los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014.

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