Italiaendureció el pasado martes las medidas de restricción contra el virus en la mayor parte del país salvo en la isla de Cerdeña, donde los datos parecen dar un respiro a los hospitales. En las regiones del sur como Molise y Basilicata entrará en vigor un bloqueo total, mientras que en otras regiones como Las Marcas, Lombardía y Piamonte las medidas serán "moderadamente estrictas", tal y como aseguró el ministro de Sanidad italiano, Roberto Speranza.

A día de hoy Italia está dividida por un sistema de colores (rojo, naranja, amarillo o blanco) que sirven para definir y clasificar a las veinte regiones del país según su nivel de nuevos casos e incidencia, que cada semana se somete a examen. La situación ha empeorado drásticamente en Italia, donde el pasado jueves el Consejo de Ministros aprobó posponer para otoño varias de las elecciones previstas para los próximos meses debido a la situación que está atravesando el país. También se ha ordenado el cierre de las escuelas y los colegios en las zonas más afectadas por el virus.

Italia ha superado ya los tres millones de casos totales de coronavirus y está al borde de superar los 100.000 fallecidos, y la incidencia cada vez más elevada. De hecho, tal y como asegura el presidente del Instituto Superior de Salud, Silvio Brusaferro, en declaraciones recogidas por el diario italiano 'La Repubblica', durante la última semana del mes de febrero "se observa una clara aceleración en el aumento del a incidencia a nivel nacional respecto a la semana anterior". Una incidencia, que ya roza prácticamente los 150 casos por 100.000 habitantes que se aleja de los niveles que permitirían "el restablecimiento completo de la identificación de casos y el rastreo de sus contactos en todo el territorio nacional". Por lo tanto, y siguiendo en la línea de las decisiones que ha tomado Europa, Italia está fortaleciendo e incrementando las medidas en todo su territorio.

Bloqueo de vacunas

Este mismo viernes, Italia ha anunciado además que impedirá que se exporten vacunas desde al Unión Europea a otros países mientras sigan siendo necesarias en en el continente, tal y como ha anunciado el ministro de Exteriores, Luigi di Maio. "Si sigue habiendo estos retrasos (de suministro de vacunas) es justo que los países de la UE bloqueen su exportación a países que no son vulnerables", ha asegurado.

Una decisión que contrasta con las declaraciones que ha hecho este mismo viernes la Comisión Europea, que ha defendido que la UE es un "gran exportador" de vacunas contra el virus. Recordamos que la Unión ha permitido el envío de contingentes a más de treinta países terceros, lo que demuestra que las farmacéuticas que cumplen con el abastecimiento pactado con los países miembro no tienen "problemas" para comercializar parte de su producción fuera del bloque.

Un nuevo aviso para España

Recordemos que hace un año, la situación en Italia había comenzado a mostrar las consecuencias reales de lo que significaba la pandemia. Todas las miradas estaban puestas en el país italiano con la preocupación de que aquel virus, por aquel entonces, completamente desconocido para el mundo. Los casos comenzaron a notificarse en el resto de Europa, entre ellos España, uno de los grandes perjudicados, que aún sabiendo la situación en la que se encontraba Italia (y a la que podíamos estar abocados), continuó con la vida normal. Unas decisiones, tal vez tomadas algo tarde, que sometieron a nuestro país a una presión sanitaria y una crisis sin ningún tipo de precedentes.

El empeoramiento de la situación epidemiológica en Italia ahora, nos lleva inevitablemente a pensar en aquel primer golpe del virus en Europa con origen en el país italiano. Si bien es cierto que nuestro país ha superado con relativo éxito la tercera ola, muchos expertos apuntan que nuestras UCI no serían capaces de superar una nueva ola, debido a que la capacidad de reacción sería más lenta que las anteriores.

En este sentido, y con todas las miradas puestas de nuevo en Italia, los países europeos viven con temor este nuevo incremento, ya que inevitablemente nos lleva a recordar el primer golpe de la pandemia en Europa con consecuencias inimaginables.