Hace unos meses veníamos contando que Portugalestaba al borde del colapso sanitario. Después de superar con relativo éxito la primera ola de la pandemia, los siguientes golpes del país obligó a los lusos a cambiar su estrategia y tuvieron que recurrir, incluso, a la ayuda internacional para afrontar el revés.

A día de hoy, desde que comenzó la pandemia, Portugal ha registrado 832.255 casos de coronavirus y 16.952 fallecidos, después de confirmar este miércoles 610 positivos y un fallecido en las 24 horas previas. A día de hoy, hay 397 personas ingresadas en los hospitales (la cifra más baja desde el pasado nueve de septiembre), de las que 110 están en las Unidades de Cuidados Intensivos. El número de hospitalizados ha caído, por lo tanto, por primera vez en más de siete meses.

La incidencia acumulada, si bien se ha incrementado ligeramente en el último día, se sitúa en los 72,7 casos por cada 100.000 habitantes. Unas cifras que demuestran que Portugal ha afrontado con éxito el colapso sanitario y ha sido capaz de enderezar la situación epidemiológica gracias al avance de la vacunación.

El colapso portugués después de Navidad

Hace unos meses, en COPE.es hablamos con Tiago, un joven portugués que criticó la gestión que había llevado el Gobierno y reprochó que no se impusieran medidas restrictivas en Navidad. De hecho, recordó las elecciones presidenciales portuguesas, momento en el el cual "aumentaron los contagios de coronavirus". También hablamos con André, un portugués residente en España, que indicó que "se confiaron demasiado en la primera ola", lo cual permitió a los ciudadanos celebrar fiestas multitudinarias durante la Navidad.

La presión hospitalaria desde entonces no hizo más que crecer. En muchas regiones terminó por ser insostenible y el Gobierno tuvo que recurrir a la ayuda internacional. Las autoridades pidieron trasladar a los pacientes portugueses a otros territorios ante la situación de los centros hospitalarios, algo que Austria aceptó. Fue así como Portugal tuvo que recurrir, inevitablemente, a los hospitales de campaña, militares y centros de sector privado, así como el traslado de pacientes covid a Madeira.

Tampoco podemos olvidar la enorme presión a la que tuvieron que someterse los profesionales sanitarios lusos ante la incesante llegada de personas con coronavirus. Fue así como un contingente alemán, compuesto por 26 soldados expertos en medicina intensiva aterrizó el pasado 3 de febrero en la ciudad de Lisboa para trabajar en la UCI del Hospital da Luz. En el avión llevaban, además, 50 respiradores y 150 bombas de extracción para poder ayudar al país a afrontar este duro revés de la pandemia.

Avanza la vacunación y remite la presión hospitalaria

La agresividad de la tercera ola puso a Portugal contra las cuerdas y el sistema sanitario amenazó con romperse. No obstante, el duro confinamiento impuesto por el Gobierno ha parecido dar sus frutos varios meses después. A día de hoy, nuestro país vecino está en la tercera y penúltima fase de su desescalada, lo cual está sirviendo para aliviar poco a poco las restricciones.

La vacunación también parece estar haciendo efecto en la reducción de las cifras. De hecho, el responsable del plan de vacunación portugués, el vicealmirante Gouveia e Melo, ha avanzado este miércoles que se prevé acelerar el ritmo de vacunación y lograr "en breve" administrar dosis a unas 100.000 personas por día. Por el momento hay cerca de un veinte por ciento de la población con una dosis y el siete por ciento tiene la pauta completa. En Portugal se están administrando Pfizer y Moderna, sin restricciones, y AstraZeneca a mayores de sesenta años. Próximamente prevé comenzar a inocular la vacuna de Janssen tras conocer el informe favorable de la EMA. Una vez más, Portugal ha demostrado ser capaz de afrontar la pandemia. Gracias a las restricciones y la voluntad ciudadana, nuestros vecinos han sido capaces de dejar a un borde el colapso y superar con éxito el tercer golpe de la pandemia.