Muchas ciudades europeas empiezan a dar los primeros pasos para tratar de volver a la normalidad. Se están abriendo los comercios, algunos colegios y en el caso de España incluso las terrazas de los bares. Se respira optimismo entre los ciudadanos con comportamientos incluso que dejan atrás los largos días de confinamiento.

El desconfinamiento es una prueba de fuego para todos los países. Lo dijo la Primera Ministra de Bélgica Sophie Wilmès cuando reconoció que la vuelta a “la normalidad se haría con el botón de pausa muy cerca” por si la situación se complicaba de nuevo.

La Comisión Europea ha querido arrojar un baño de realidad alertando de la posibilidad de una nueva oleada en las próximas semanas. Con millones de personas de nuevo en las calles, una propagación del virus puede tener lugar en Europa. Una situación que genera mucha preocupación por el daño sanitario y económico que puede esto provocar.

Bruselas ha pedido a los estados miembros que acentúen sus sistemas de detección del virus para tratar de controlar posibles focos que pueden aparecer. En las últimas horas por ejemplo han aumentado los casos de coronavirus en Alemania y en Francia también se ha detectado algún foco imprevisto, una prueba que demuestra que el virus sigue muy presente en Europa.

Como dicen los expertos el coronavirus ni ha desaparecido ni lo va a hacer en los próximos meses. Recuerdan que hay que convivir con el virus al menos hasta se encuentre una vacuna que permita acabar con el. Mientras tanto desde la autoridades comunitarias insisten a la población que debe ser consciente de que una nueva oleada puede trastocar de nuevo nuestras vidas.