Aldeas infantiles SOS de Múnich informa que 19.000 niños ucranianos han sido deportados a Rusia desde el comienzo de la invasión para ser reubicados en familias de acogida o centros educativos. Se les concede el pasaporte ruso rápidamente para que sus padres no puedan reclamarlos.

En las zonas ocupadas las autoridades rusas deportan sistemáticamente a los niños ingresados en instituciones infantiles, numerosos huérfanos de guerra o hijos de detenidos y los llevan a Rusia para su reeducación donde a menudo terminan adoptados por familias.

Aldeas infantiles considera que se trata de un crimen de guerra. Según explica Sergey Lucashoff, "viajan en tandas de dos autobuses cada uno con unos 50 niños y están bien alimentados pero traumatizados". Por eso, tratan de "interceptarlos antes de que las instituciones los entreguen, y salvar a tantos como sea posible".

Los que son rescatados y consiguen volver a Ucrania necesitan en un país en guerra atención psicológica. "Es muy importante entender que estos niños están fuertemente traumatizados, sienten en un profundo abandono y tienen miedo de cualquier cosa".

Según Aldeas Infantiles solamente 385 niños deportados han sido devueltos a Ucrania, hasta el momento 84 de ellos por esta organización. El resto ha recibido pasaporte ruso y está repartido por 57 regiones.

Aldeas Infantiles presta atención a los niños que han sido separados de sus padres, reconstruye hogares y escuelas, suministra alimentos y artículos de primera necesidad, ofrece refugios temporales, y cuenta con servicios de apoyo psicosocial y de salud mental.