Pedro Sánchez ha decidido recuperar el debate sobre el estado de la Nación en 2022. Será en el próximo periodo de sesiones del Congreso, que comprende entre febrero y junio, y la primera convocatoria de estas características a la que se someterá el Presidente desde su llegada al Poder en 2018. El último se celebró en un lejano febrero de 2015 con Mariano Rajoy al frente del Gobierno y el propio Sánchez como jefe de la Oposición. Hace casi 7 años.

El jefe del Ejecutivo ha ido aplazando el debate, toda vez parecía no encontrar el momento oportuno para su celebración. Desde La Moncloa llegaron a prever fijarlo este mismo 2021, de entrada en el transcurso de los primeros meses, luego tras las autonómicas de Madrid del 4-M, para, después de hundirse el PSOE hasta el peor resultado histórico, alejar cualquier posibilidad a otoño. Finalmente, Sánchez atisba el próximo año como su escenario idóneo. Para entonces, los suyos auguran una mejora socioeconómica a lomos de los fondos europeos.

La iniciativa corresponde en exclusiva al propio presidente del Gobierno. Así pues, celebrará el debate sobre el estado de la Nación cuando considere el momento oportuno para sus intereses. Su entorno enmarca la rendición de cuentas en una “vuelta a la normalidad”, dejando atrás el coronavirus, además de mantener con profusión que “nunca ha habido un Presidente que se haya sometido a más control parlamentario del que se ha llegado a imponer Pedro Sánchez”, en clara referencia a sus comparecencias cada dos semanas ante el Pleno de las Cortes para renovar el real decreto del estado de alarma durante lo peor de la pandemia en 2020.

El riesgo, desdeñado entre colaboradores del Presidente, pasa por espolear a la Oposición con Pablo Casado a la cabeza. Precisamente, para la sesión de control al Gobierno de este miércoles, el líder del PP registró la siguiente pregunta: “¿Tiene previsto convocar el debate sobre el estado de la Nación?” Casado llegará al Hemiciclo sabiendo la previsión de Sánchez. Que acote más el campo de juego, está por ver. Existe en La Moncloa otro factor a tener en cuenta y es llegar a ese debate teniendo amarrada la complicidad de los costaleros habituales.

Y es que el debate de política general conlleva la presentación de propuestas de resolución. Su trascendencia es solamente política, pero en ningún caso querrá el Gabinete aparecer ante la opinión pública perdiendo decenas de votaciones, empañando la imagen de Pedro Sánchez en las Cortes. La convocatoria debe servir claramente a un único propósito: Insuflar oxígeno al Gobierno y, claro está, sacar los colores a la Oposición. Y cuanto más, mejor.