Mariano Rajoy reúne hoy a los presidentes regionales de su partido en un encuentro sin un orden del día prefijado pero en el que se hablará principalmente de financiación. A la cita están convocados los barones del partido (tanto presidentes regionales como autonómicos); la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro; y la plana mayor del partido con su secretaria general, María Dolores de Cospedal a la cabeza, con su coordinador general, Fernando Martínez Maillo; y con los vicesecretarios Arenas, Casado, Maroto, y Levy.

Mariano Rajoy no tiene previsto, sin embargo, llevar a esa reunión un documento concreto con propuestas sobre el nuevo modelo, entre otras cosas, porque ya hay una comisión técnica dentro del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que está abordando ese asunto con las comunidades autónomas. Se trata pues, dicen fuentes consultadas por la COPE, de coordinar esfuerzos, aunar posturas, y dar una imagen de cohesión y de unidad. Para algunos, se busca, además, tranquilizar a las huestes.

Sobre la mesa estarán también otros temas, como el pacto del agua, la educación, las próximas elecciones municipales y autonómicas, y la estrategia que hay que seguir para hacer frente al auge imparable de Ciudadanos. La preocupación es más que patente en el partido, y algunos, como Alberto Núñez Feijoo, ya han dicho en voz alta que es un error atacar de frente y constantemente a la formación de Albert Rivera.

Hay tiempo para corregir errores, piensan, aunque la marca Ciudadanos está al alza, aunque, advierten, también pueden morir de éxito, pueden equivocarse. Hasta el año que viene no hay elecciones y doce meses en política, es un mundo, apuntan.

Las críticas a Rajoy se han aplacado algo en las últimas semanas porque entienden que el presidente ha captado el mensaje, y que se está incrementando la presencia del Ejecutivo en las distintas comunidades, empezando por un presidente del Gobierno, que multiplica sus actos llevando además, inversiones concretas bajo el brazo. El BOE sigue siendo un buen instrumento para volver a recuperar el afecto de los votantes, aseguran.