El Gobierno ya ha trasladado todas sus consideraciones sobre el Rey Emérito. “La pelota está en el tejado de La Zarzuela y debería jugarla”, según la visión de La Moncloa. La prioridad del mismo Pedro Sánchez, siempre según su entorno, fue a su paso por Telecinco levantar un cortafuegos alrededor de Felipe VI con defensa incluida de la monarquía parlamentaria. A partir de ahí, ha ganado terreno la convicción entre colaboradores del Presidente sobre la necesidad de un pronunciamiento de la Casa Real sobre Don Juan Carlos.

Es doctrina oficial. El propio Sánchez dejó en manos del Monarca un regreso a España de su padre estas Navidades: “Tiene que ser la Casa Real quien comunique su parecer sobre una eventual vuelta o no del Rey Emérito”. Apenas unas cuantas horas antes, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, María Jesús Montero pareció incluso empujar a Don Felipe para ofrecer explicaciones respecto a Don Juan Carlos por tener “todos los elementos y argumentos para pronunciarse cuando lo considere”. En La Moncloa señalan al anterior jefe del Estado como un “problema” y desean mantenerlo lejos del país, pero se declaran a expensas de lo que decida la Casa del Rey.

También será decisión de Felipe VI cualquier paso al frente en el desarrollo de la siempre pendiente Ley de la Corona, para abundar en la transparencia o regular las funciones, límites o fuero de la familia real, entre otros supuestos. Con todo, en el Ejecutivo parecen proclives a aplazar cualquier trámite de la norma hasta que quede resuelta la situación de Don Juan Carlos, ante la posible distorsión del debate público. A la postre, se trataría llegado el momento propicio de abordar definitivamente los derechos y deberes de la Casa Real, yendo más allá de todas las medidas que Don Felipe ya ha podido adoptar.

A la espera de acontecimientos, y mientras el ala socialista del Gobierno optaba en las últimas horas por guardar en público silencio, desde Podemos intensificaron la campaña sobre su horizonte republicano llegando a propagar que Don Juan Carlos es una “vergüenza internacional”. Y hasta emplazaron a comparecer a Felipe VI. Desde luego, el mensaje de Navidad, este 2020, a ojos de La Moncloa, se antoja uno de los discursos más complicados de su reinado.