Vox lo tiene claro. Quiere negociar "punto por punto" lo acordado entre PP y Cs. No importa si hay que agotar los tiempos para la investidura (y llegar hasta marzo). Es más, reclacan que no asumirán "lo que han acordado otros". 

Javier Ortega Smith, va un paso más allá: "Si no llegamos a un acuerdo, las matemáticas mandan. Presentaremos a nuestro propio candidato y el resultado será la suma de los votos, yo no le puedo anticipar qué va a pasar". 

El secretario general de Vox insiste: "Lo que no se nos puede decir es que aceptemos un trágala de medidas ya cerradas". Es previsible que la temperatura siga subiendo a medida que avance el calendario. Ya hay una primera fecha clave: el 16 de enero. Ese es el día previsto para la sesión de investidura. 

Estas declaraciones de Ortega Smith en Antena 3 que, según se están sucediendo los acontecimientos, no parecen preocupar al PP. Otra cosa es Ciudadanos.

La recién nombrada presidenta del Parlamento andaluz, Marta Bosquet, dice en el Mundo que "desprestigiar a Vox es menospreciar a sus votantes". Por su parte, José Manuel Villegas (número dos del partido) asegura que "no habrá tripartitos en Andalucía". Mientras, otros responsables del partido naranja creen que corren "el riesgo de quedar aplastados como un sandwich entre PP y Vox. Ellos están cómodos juntos y toda la presión cae sobre nosotros".

Manuel Valls, candidato a la alcadía de Barcelona, advierte a Ciudadanos: "Todo acuerdo programático o de gobierno con Vox sería un error político y una incongruencia moral. Sería incompatible con los valores europeos que muchos de nosotros defendemos".

Y Albert Rivera justifica su acuerdo con el PP pero no nombra a Vox por ninguna parte. 

Ortega Smith lamenta la posición del partido de Albert Rivera sobre Vox: "Se nos ha dicho desde Ciudadanos que marcaban un cordón sanitario con nosotros".