Soraya Sáenz de Santamaría no se deja acorralar en el juicio al 'procés'

La exvicepresidenta asegura que no creyeron que la declaración unilaterla de independencia fuese simbólica: "Por eso aplicamos el 155"

Nueva fase en el juicio del "procés"

Maribel Sánchez Margallo

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La exvicepresidenta del gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, apareció en el Salón de Plenos del Tribunal Constitucional con la sonrisa habitual con la que la hemos visto aparecer en multitud de actos públicos durante años. Un desfile corto, sobre sus altos tacones y sobrio traje gris oscuro, la llevo hasta la silla colocada delante de los acusados que no han querido trasladarse detrás de sus abogados, como hacían hoy ForcadellBassa o Junqueras.

Santamaría se mostró firme y segura antes las preguntas del abogado de la acusación popular, el líder de Vox Javier Ortega Smith, y el fiscal Javier Zaragoza. Pero a medida que los abogados de la acusación iban mezclando preguntas con acusaciones, la ex vicepresidenta tuvo un ligero deliz al elevar la voz, tenuemente, y tirar de frases tajantes, como cuando dijo que "no había que parlar en balde". Sin embargo, acto seguido reapareció la "Soraya" inmutable e imperturbable.

Desaprecio el gesto amable, eso sí, pero el intento de acorralarla por parte de los abogados Jordi Pina o Andreu van den Eynde no obtuvo el resultado deseado. Al final, el juez, que igual que público y periodistas observaban atentamente cómo mantenía la calma la ex vicepresidenta, acabó diciéndole a los abogados que la pregunta era "manifiestamente impertinente".

"No empezamos bien"

El juez que preside el Tribunal, Manuel Marchena, sigue dando pruebas de su infinita paciencia o, lo que él mismo reconocía, "está siendo tremendamente generoso con los testigos". Pero todo tiene un límite y hoy marcó las pautas estrictas que pensaba aplicar desde el primer momento, cuando el portavoz de ERC en el Congrero, Joan Tardà, quiso saltarse las normas.

"No empezamos bien", le dijo Marchena, cuando Tardà quiso iniciar un mitin político con la frase "Este juicio está inspirado en la venganza".

Recriminación que se repitió cuando quiso hablar en catalán o cuando corrigió a la abogada del Estado, Rosa María Seoane, cuando pronunció mal un apellido. Una pose bien estudiada por parte del político independentista, con lazo amarillo incluido en la solapa, y que rompió el siguientes testigo en este desfile de políticos en el Tribunal Supremo.

Tardá asegura que el 20S fue una concentración absolutamente espontánea

GRAF4427. MADRID, 27/02/2019.- Imagen de la señal institucional del Tribunal Supremo del portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Joan Tardá, durante su comparecencia como testigo en tribunal en el que ha asegurado que lo que sucedió el 20 de septiembre de 2017 en la Consellería de Economía fue una concentración "absolutamente espontánea", pacífica y sin violencia pues "ni la unidad de España ni la independencia de Cataluña valen una mínima violencia". EFE/Tribunal Supremo

El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, muy formal en la forma y el fondo de su declaración, atusándose el flequillo cuando su continuo movimiento de cabeza lo requería, declaraba mirando a Waterloo, más que los abogados y fiscal que le preguntaban. Mas insistió en que el fugado Puigdemont "se saltó la ojalá de ruta" declarando la DUI y no convocando elecciones.

Desde la atalaya que le brindaba la silla para los testigos en este juicio, Artur Mas adoptó su pose más política, desviando preguntas y extendiéndose en las que más le interesaban. Lo que obligó al juez Marchena a pedirle brevedad y que prescindiera de hacer valoraciones políticas.

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