El tiempo corre y la tensión en el gobierno de coalición crece. La negociación sigue encallada en búsqueda de una salida satisfactoria para Podemos que, al mismo tiempo, garantice la seguridad jurídico-técnica que pretende el PSOE. La Moncloa, confirman fuentes del ejecutivo a COPE, está más cerca de llevar solos la reforma de la ley del 'sí es sí' al registro del Congreso este mismo viernes.

Se consumen las horas, además de los borradores de ida y vuelta. La tensión en el Gobierno de coalición crece e Irene Montero sigue en sus trece. El escollo sigue siendo cómo endurecer las penas y se aleja de momento un acuerdo para presentar de la mano la reforma de la ley esta semana. Como tarde, mañana, segun órdenes de Pedro Sánchez.

El ala socialista del Gobierno tropieza con la cerrazón de Irene Montero para cerrar de la mano los cambios en la ley del 'solo sí es sí' que, hasta el momento, ha permitido rebajar condenas al menos a 372 agresores sexuales, además de una treintena de excarcelaciones.

La paciencia de La Moncloa va colmándose, mientras mengua el convencimiento de que la ministra cedería ante el temor de ser desautorizada. La parte morada usa este órdago para presentar a los socialistas como los dispuestos a apoyarse en el PP. El equipo presidencial apela a la determinación de Pedro Sánchez en zanjar las fisuras del proyecto.

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Tras la inacción, el ala socialista recurre al clamor social como palanca de su volantazo. Incluso califican de "espeluznante" la cascada de agresores beneficiados. Tanto es así, como para venderse actuando con máximo rigor jurídico-técnico. "Somos especialistas en cuadraturas de círculo", argumentan.

Los efectos de la ley

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Mientras tanto, empiezan los problemas con los excarcelados. La Fiscalía Provincial de Zamora ha abierto una investigación contra un agresor sexual beneficiado por supuestas amenazas que habría proferido a la víctima de los hechos. La víctima y expareja del condenado se ha visto obligada a huir de la localidad zamorana en la que residía y esconderse en otro lugar por temor a lo que pueda ocurrirle tras la salida de prisión de su agresor sexual, el pasado mes de diciembre.

En el escrito que ha dado origen a la investigación de los hechos se detalla que la víctima ha sufrido amenazas de muerte en diversas ocasiones a lo largo de los diez años que el hombre permaneció en prisión hasta su excarcelación. Esa reiteración de amenazas podrían constituir tres hechos delictivos distintos: un posible delito continuado de violencia de género, otro de amenazas graves en el ámbito de la violencia de género y un tercero de quebrantamiento de condena por intentar comunicarse con la víctima a través de terceras personas, según detalla el escrito remitido a la Fiscalía.