Los incendios han arrasado en España en lo que va de año 193.247 hectáreas forestales, por lo que en poco más de seis meses y medio se han superado las cifras de todo 2012. Año en el que ardieron un récord de 189.376 hectáreas, según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).

Según los datos de EFFIS, España es el país europeo más afectado por los incendios en lo que va de año. Las altas temperaturas y las bajas precipitaciones en los meses de mayo y junio han hecho que el pasto esté extremadamente seco, lo que, unido a las elevadas temperaturas actuales, favorece la rápida propagación del fuego. Actualmente, los focos activos más grandes se encuentran en Galicia, Castilla y León y Cataluña.

Según un informe sobre la prevención de los grandes incendios forestales, se produce una nueva generación de incendios cuando entra en juego una nueva dificultad para poder llevar a cabo su extinción como la velocidad de propagación, las zonas que afecta o la continuidad de combustión.

La primera generación se caracteriza por tener un alto riesgo de descontrol. La segunda porque tienen una gran velocidad de propagación por la acumulación de combustible a lo largo de varios años. La tercera por la gran cantidad de masas forestales y la falta de recursos en la gestión forestal de la zona. Los incendios de cuarta generación son aquellos que se ocasionan en zonas rurales donde hay viviendas y construcciones. Y en la quinta se producen varios incendios de forma simultánea en diferentes zonas urbanizadas.

Hablamos de incendios de sexta generación, cuando estos obligan a desplegar un gran número de efectivos para poder contener la situación. El término fuego de sexta generación apareció en 2016. Pero no fue hasta 2021 cuando se comenzó a emplear para referirse a los fuegos provocados en la Sierra Bermeja en el año 2021.

Se hace uso de este término para hacer referencia a los incendios causados por aridez extrema y como consecuencia del cambio climático (ya que ante las altas temperaturas el agua contenido en las plantas es inferior). Además, estos fuegos liberan unos niveles de energía muy elevados ocasionando tormentas de fuego.

Entre las características de estos incendios destacan:

• La agresividad y velocidad de propagación.
• La dificultad para extinguirlos, ya que son incendios denominados ‘con propia vida’ porque son capaces de retroalimentarse.
• Son capaces de modificar las condiciones meteorológicas, generando tormentas que dificultan su extinción.
• El desprendimiento de pavesas. Son aquellas pequeñas partículas que se desprenden de la vegetación. Estas viajan a través del aire y provocan la aparición de nuevos focos, aumentando la extensión del incendio.

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Cuando se produce un incendio de sexta generación se generan un gran número de nubes y se originan tormentas. Se producen como consecuencia del ascenso de aire cálido, este absorbe el aire y la humedad presente en la zona del incendio y se forman nubes blancas.

Al conjunto de nubes resultante de este proceso se denomina 'pirocúmulos'. Nubes de pavesas que se prenden al oxigenarse en contacto con el aire. La aparición de estas nubes gigantes en las que hay viento y agua motivan tormentas eléctricas.