La nueva presidenta del Gobierno de Navarra, la socialista María Chivite, ha tomado posesión este martes de su nuevo cargo como líder del nuevo ejecutivo regional gracias a los apoyos de Geroa Bai (PNV), Podemos, IU y EH Bildu. En una ceremonia en la que la propia Chivite se ha mostrado visualmente emocionada, también se han sucedido los guiños al nacionalismo vasco y al independentismo, en claro mensaje a sus nuevos socios de gobierno.

El primero ha sido en el discurso del secretario segundo de la Mesa del Parlamento, Maiorga Ramírez, de la formación abertzale EH Bildu, que ha procedido a la lectura del Real Decreto de nombramiento de la nueva presidenta en euskera, para lo que la propia Chivite ha necesitado auriculares para escuchar la traducción simultánea. La situación se ha vuelto aún más rocambolesca cuando el discurso ha terciado entre el esukera y el castellano, lo que ha provocado que la nueva presidenta tuviera que jugar a quitarlos y ponerlos constantemente.

Otro guiño se encontraba en la propia ceremonia. El Orfeón Pamplonés, institución musical con más de un siglo de historia, arrancó con una canción en euskera del cantautor Benito Lertxundi titulada 'Herribehera'. También han cantado 'El Roncalés', una canción que arranca con la frase “vasco-navarro soy”. Además, el grupo de danzas Duguna ha realizado un aurresku.

En el propio discurso de Chivite, la nueva presidenta de Navarra ha apelado a “las diferencias” y que debe ser “responsabilidad de todas las formaciones” respetarlas, en alusión a la formación de derechas Navarra Suma, formada por UPN, Partido Popular y Ciudadanos. Por último, Chivite ha cerrado el discurso despidiéndose y dando las gracias en euskera.

Y como detalle, el único presidente regional de las comunidades autónomas colindantes con Navarra ha sido el lehendakari Íñigo Urkullu.