Los dos crímenes a sangre fría que en las madrugadas del domingo y el lunes se saldaron con la vida de un joven venezolano y otro dominicano en las localidades madrileñas de Alcorcón y Fuenlabrada, respectivamente, no están conectados, según las averiguaciones de los investigadores de la Policía Nacional.

Este martes, en los actos celebrados en Ifema con motivo del patrón del Cuerpo, tanto el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, han reiterado que son dos casos "aislados", aunque algunos elementos, como el modo de ejecutar a las víctimas, sea coincidente.

Conforme avanzan las horas de investigación del grupo conformado por agentes de Homicidios, Información y componentes de las comisarías de Alcorcón y Fuenlabrada, se van esclareciendo las circunstancias de ambos sucesos, ocurridos en apenas 24 horas, y por los que aún no se han producido detenciones.

El asesinato de "Bori", venezolano de 19 años, de un disparo en la cabeza fue el fatal desenlace de una reyerta multitudinaria ocurrida unos 30 minutos antes y a 800 metros de distancia en una discoteca frecuentada por miembros de distintas bandas, donde se inició una riña entre dos grupos relacionada, según fuentes policiales, con una chica.

Ese pudo ser el móvil que desató el crimen de "Bori", aunque no se descarta que entre los implicados en la reyerta, en la que hubo tres detenidos y dos heridos por arma blanca, y la ejecución se encuentren jóvenes relacionados con bandas juveniles.

Apenas 24 horas después, los balazos se sintieron en Fuenlabrada, concretamente a las puertas de una sala de conciertos ubicada en la calle Luis Sauquillo, donde numerosos seguidores de la banda de los Trinitarios habían asistido al concierto del artista dominicano Rochy RD, cuya actuación el pasado viernes en Tenerife acabó en una batalla campal.

Cuando las puertas de la discoteca fuenlabreña ya habían cerrado, de un vehículo bajaron dos individuos encapuchados y vestidos de oscuro y, seguidamente, según relatan los testigos, atacaron con un machete y un arma de fuego a un grupo de cuatro jóvenes, entre los que estaba el fallecido.

Uno de los agresores disparó al joven dominicano, de 21 años, en la cabeza, atravesándole el cráneo, y en el abdomen, mientras que el otro le propinó un machetazo en la cara, por lo que los investigadores creen que se trató de una ejecución premeditada.

También agredieron a sus tres acompañantes, dos marroquíes de 18 años y otro dominicano de 31, que fueron hospitalizados con heridas limpias por arma de fuego y cortes causados por cristales y machetazos.

El modus operandi utilizado por los autores del crimen y su cercanía temporal y espacial con el asesinato de "Bori" en Alcorcón hicieron pensar en un primer momento que se podía tratar de una venganza por ese suceso, pero las pesquisas policiales han descartado este extremo.