El PP esperará a conocer hoy la letra pequeña del Real-Decreto sobre la prórroga del estado de alarma que aprueba el Consejo de Ministros, antes de decidir si se abstiene o vota en contra de ese texto el próximo miércoles. Una hora de conversación no sirvió para que Pedro Sánchez convenciera a Pablo Casado de que le apoye nuevamente.

Los populares se inclinan más por la abstención, sabedores de que el Gobierno busca precisamente su “no” para utilizarles como chivo expiatorio a quien culpar de las muertes que ocurran a partir del próximo domingo.

Ayer mismo comenzaban a hacerlo el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique. “Nos presentarían prácticamente como asesinos”, dicen en el PP. En el partido critican, sobre todo, que, con crisis o sin crisis, Sánchez utilice la misma táctica: les chulea todo el tiempo, apuntan, porque saben que les tiene entre la espada y la pared.

Los populares, sin embargo, recuerdan que ni un reproche, ni una advertencia ha salido de la boca del Ejecutivo hacia ERC y JXCat, que también han adelantado su voto en contra... voto en contra al que se sumará Vox.

Ciudadanos, PNV y el BNG están dispuestos a negociar, aunque sus reivindicaciones son muy diferentes. Los naranjas, quieren, por ejemplo, que Sánchez detalle ya un plan de desescalada al margen del estado de alarma; y los nacionalistas vascos, exigen que sea el País Vasco quien gestione ese plan.

Bildu se abstendrá y el Ejecutivo contará también con el apoyo de otro partidos minoritarios, pero no puede cantar victoria de antemano. Tiene que tirar de calculadora para sumar escaños.

De todas formas la paciencia de los partidos se va acabando y será cada vez mas difícil que el Gobierno pueda seguir echando mano del estado de alarma hasta finales de junio, pero mientras tanto, la pelota sigue rodando.